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La inmigración está cambiando la educación escolar, Balears ha experimentado un incremento progresivo de escolarizaciones en los niveles obligatorios e infantiles y la tasa de escolarización postobligatoria es una de las más bajas del Estado.

Martí expuso las fortalezas y debilidades de la educación en las islas y destacó, entre las segundas, la educación escolar en la inmigración. «Es una de las preocupaciones constatadas en los últimos tres años. Supone una reorganización de los programas de las escuelas y una nueva convivencia social y escolar. Su escolarización se concentra en un 80 por ciento en las escuelas públicas. Por ello, los centros concertados deberían participar con más fuerza en dicha escolarización para conseguir una convivencia educativa y social adecuada», afirma.

Éstas son algunas de las conclusiones recogidas en el Anuari de l'Educació de les Illes Balears 2005, presentado ayer por Martí Torrandell, presidente de Colonya y de la Fundació Guillem Cifre, y Martí X. March, coordinador del anuario.

El documento recoge en más de 400 páginas un análisis sobre la realidad educativa de las islas dividido en varios apartados: el sistema escolar, el sistema no escolar, la búsqueda e innovación pedagógica y la legislación educativa de Balears.

Martí apostó por alcanzar «acuerdos políticos y sociales para cubrir las necesidades de la educación», afirmó que «los decretos no resuelven los problemas en sí mismos», reconoció que «existe una insuficiencia de financiación educativa» y apostó porque «la sociedad considere la educación como un valor importante. Deben existir cambios de mentalidad empresarial, social y familiar», afirmó.

El anuario es fruto de la colaboración entre la Universitat de les Illes Balears i Colonya, y la Fundació Guillem Cifre. En este documento han intervenido más de 20 colaboradores con el objetivo de «prestigiar la educación en una sociedad como la nuestra como un factor de éxito personal, económico, social y cultural», añadió.