Los veleros atracan en pleno Passeig Marítim y captan la mirada de todos los que por allí pasan.

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Un año más la belleza y la nostalgia se dan cita en la bahía de Palma a cargo de los últimos veleros de época que tras minuciosos cuidados han llegado en estado de exposición hasta nuestros días.

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La XXI edición del Trofeo Almirante Conde de Barcelona que se organiza en pleno Passeig Marítim en el área de la Marina Port de Mallorca con evillage montado frente al Auditorium, ofrecerá esta semana la posibilidad de admirar cerca de 60 joyas de la náutica pertenecientes a una docena de países que, tras el cocktail de bienvenida ofrecido mañana por el Ajuntament de Palma en el Castell de Bellver, participarán en cuatro regatas los días sucesivos, que culminarán con la cena de armadores el sábado y la gran parada el domingo al mediodía en presencia de las autoridades y la solemne entrega de premios por la noche.

El trofeo, que según indicó a Ultima Horasu director, Josep R. Bono, quiere este año balearizar el ambiente a partir de siete jornadas gastronómicas con sabor autóctono en el muelle de golondrinas, contempla tres tipos de embarcaciones que según su antigüedad se dividen entre barcos de época, (botados hasta el 31 de diciembre de 1949) o clásicos (botados entre el 1 de enero de 1950 y el 31 de diciembre de 1974), subdivididos según sus velas cangrejas, marconi, ketch, yawl o goleta, sloop o cuter; o espíritu de tradición, con el común denominador de poseer todos la magia que les confiere su carácter histórico.

En ambas categorías se admite, no obstante, la presencia de réplicas con la condición de que en su construcción se hayan seguido con fidelidad los planos originales, sirviéndose de las mismas técnicas y materiales empleados en la época original.

Gabriel Alomar
(texto y foto)