Don Felipe realiza una carantoña a un niño junto a su esposa y a Pepote Ballester. Foto: MIQUEL ANGEL CAÑELLAS

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Como no podía ser de otro modo, la segunda jornada de la Copa del Rey nada tuvo que ver con la primera, en la que ningún miembro de la Familia Real acudió ni al Club Náutico ni al campo de regatas, aunque motivos había para no hacerlo: murió el Rey Fahd, el rey don Juan Carlos recibió al presidente Zapatero y la princesa Alexia dio a luz en Barcelona.

Pero ayer por la mañana, como hemos dicho, fue todo muy distinto. Apareció el Rey, quien tras posar en la puerta del Club Náutico con los hermanos Puig, embarcó en el Bribón; a poco apareció el príncipe don Felipe, que se acercó al «CAM» a saludar a los que hubieran sido compañeros suyos en el caso de haber participado. Minutos después, tras dejarse ver, abandonó las instalaciones, recogió a la princesa Letizia en Marivent, se embarcaron en la «Somni» y se fueron a campo de regatas a ver la prueba, regresando a media tarde a puerto, bajo una discreta lluvia.

A todo esto, la reina doña Sofía y su hija, la infanta doña Cristina, de vuelta de Barcelona donde estuvieron visitando a su sobrina y prima, respectivamente, Alexia, pasearon por Jaime III. Se pasaron, en primer lugar, por Prenatal, que motivos tienen para visitar esta tienda -Cristina y Alexia han sido madres, como saben, y la princesa de Asturias, Letizia, lo va a ser dentro de poco-, a continuación pararon en una heladería a comprar un helado y, finalmente, entraron en una zapatería. A la salida rogaron que las dejáramos seguir su camino tranquilamente, y como en el fondo somos buena gente, enfundamos las cámaras y nos fuimos a otra parte. Y es que trabajar así, es un placer. Tanto para quienes nos sufren, como para nosotros.