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La ONG Aikido por la Paz surge en el año 2000 del Centre Aikido Mallorca, cuando un grupo de practicantes de esta disciplina deciden tomar conciencia de las injusticias y el hambre en el mundo.

«Somos pioneros. Por primera vez una ONG surge de una asociación de artes marciales», asegura Xisco Albertí, coordinador de esta asociación. Según cuenta, «Somos unos ochenta socios. El aikido le ayuda a uno a enfrentarse a un conflicto de una forma pacífica. Para hacer esto, es preciso que uno esté bien consigo mismo, que erradique su odio interior, la envidia, el rencor. Es decir, el egoismo debe desaparecer. Y al desaparecer éste, uno se pregunta por las demás personas, uno se pregunta que está pasando en el mundo. De aquí nace nuestra conciencia solidaria».

Desde entonces, las iniciativas no han cesado: el centro Aikido Mallorca impulsó una iniciativa para ayudar a las víctimas del tsunami, y se puso en contacto con otros centros de aikido de toda España. Se recaudó una suma final de 12.000 euros (gracias también, a la aportación de Banesto). El dinero obtenido será gestionado por la fundación Vicente Ferrer.

Por otra parte, también se hizo una exposición y venta de cuadros del autor Tolo Albertí en la galería Pascual de Cabo para recaudar fondos. Resultado: 600.000 de las antiguas pesetas, también para las víctimas de la tragedia asiática.

El compromiso con América del Sur queda patente: se ha destinado un fondo de ayuda para primeras necesidades en la localidad de Limones (Colombia), especialmente dirigido a las personas de la tercera edad: medicamentos, asistencia sanitaria, alimentos y ayuda al mantenimiento de hogares y casas.

También se sigue manteniendo una serie de apadrinamientos con 20 niños procedentes de la comunidad indígena del Amazonas, concretamente en Yurimaguas (Perú).

Dos grandes proyectos que se están preparando se localizan en Etiopía. Aikido por la paz está recaudando fondos para construir cinco casas para los huérfanos de guerra en Wukro. También se está recaudando dinero para construir una clínica en Aina Alem, en Etiopía, para discapacitados mentales. «Realmente, allí la gente necesita atención y nosotros somos plenamente conscientes de ello. Las autoridades de allí nos han cedido un terreno y ahora a nosotros nos corresponde hacer el resto. Para ello, hemos realizado cursos solidarios, encuentros solidarios y otras actividade».

En septiembre se realizará un viaje para evaluar «in situ» los proyectos, controlados en el país africano por el misionero Àngel Olaram. «Cada miembro de la ONG se paga los viajes. Todo el dinero se destina a proyectos solidarios. De esta forma rentabilizamos al máximo las recuadaciones y las destinamos únicamente a quienes las necesitan. En Aikido por la paz pensamos que la discriminación o la negación de los derechos fundamentales a cualquier ser humano es una forma de violencia. Y por ello nos hemos centrado siempre en combatir esa forma de violencia pasiva», puntualiza Xisco Albertí. Finalmente, la organización también presta apoyo al Refugi de Palma, colaborando con la cena de Navidad.

Todo ello hace que esta ONG sea un caso insólito en el conjunto de España, aunque cada día hay más gimnasios y dojos que siguen este ejemplo solidario, impulsado en exclusiva desde Mallorca. El deporte no está reñido con la lucha contra el hambre y la injusticia.