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Simón Andreu se queda este verano sin vacaciones. «Vallterra», serie que está grabando para IB3, tiene la culpa. Su papel de protagonista, entre estudiar el guión y representarlo ante la cámara, acapara prácticamente todo su tiempo. Pero las horas finales del día y los fines de semana, los dedica a la familia.

A Simón le visitamos anteayer por la tarde en su casa de Santa Maria. Mientras repasaba el guión, su esposa e hija conversaban sentadas frente a la piscina. No hay duda que la casa de Simón es un remanso de paz, al que llegamos guiados, vía móvil, por él mismo, ya que no está muy a la vista que digamos.

En «Vallterra» encarna a don Bartomeu Rovira, el patriarca. «Un hombre ávaro, o mejor, avaricioso, implacable, despiadado y cruel. Un verdadero hijo de... su madre». Vallterra es un culebrón con muchas historias que se desarrollan en el comedor, el despacho, la cocina, las cuadras..., «pero que todas tienen que ver con el mundo de don Bartomeu, un tipo que es capaz de comprar políticos, o a quien sea, con tal de satisfacer sus deseos. Yo estoy seguro que esta serie va a enganchar a la gente. Llevamos ya grabados muchos capítulos y, según la dirección y produc- ción, técnicamente están muy contentos en cuanto a los resultados, lo que es una buena señal». Simón, por su parte, también está contento por el trabajo que está realizando, y que le ocupará hasta el otoño, «contento por el papel en sí, porque lo hago para la productora del Grup Serra, que son amigos míos, y porque lo hago en casa».

Dice Simón que no le gustan los chafardeos. «Prefiero la ficción; los chafardeos no me interesan para nada. También prefiero más reírme con que reírme de, que es lo que ofrece hoy la televisión, que pagan a uno para que se rían de él y le ridiculicen». ¿Que qué va a hacer cuando acabe su trabajo en «Vallterra»? Posiblemente trabajar a las órdenes de Milos Forman en la película «Goya's ghost».

Pedro Prieto