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Los seis Casals del Ayuntamiento de Palma trasladaron ayer su trabajo diario a la playa de Cuidad Jardín. Casi 100 jóvenes palmesanos disfrutaron de una «diada» al aire libre desde las seis de la tarde hasta las once de la noche. La congregación estuvo formada tanto por jóvenes que están inscritos en talleres de los Casals de Palma como niños y adultos que no estaban informados del mismo y se apuntaron a la fiesta. Los Casals participantes, con el apoyo de la Regiduría de juventud del Ayuntamiento de la ciudad, fueron los de Llevant, Litoral, Nord, Mitjorn, Ponent y Ciutat Antiga. La sección infantil contó con niños de seis a trece años. La juvenil, con personas de hasta treinta años.

La jornada consiguió dar a conocer los recursos y servicios que se desempeñan en los Casals para jóvenes. Tolo Font, dinamizador del Casal de Llevant, asegura que «hay que acercar nuestras actividades allí dónde va la gente. O sea: teníamos que venir a la playa». Los jóvenes, aunque algunos sólo lo fueran de espíritu y su carnet de identidad indicara lo contario, pudieron participar en múltiples talleres. Los visitantes espontáneos disfrutaron especialmente de la sección de masajes. En la zona de juegos y talleres se pudo practicar bádminton, voley, juegos de arena, pintura, guitarra, malabares, tai-chi y hasta un trivial sobre prevención de drogas organizado por el Servicio de Drogodependencia del Ayuntamiento. También se llevaron a cabo actividades como la «aguagym», gimnasia en el mar, y el «bodybalance», que combina el yoga y el tai-chi.

A las ocho de la tarde se preparó una torrada de sardinas que hizo las delicias de alumnos, monitores y gente de paso que habían tomado partido en alguna de las actividades. Los Casals trabajan con jóvenes durante todo el año. En verano, los inscritos se multiplican, por lo que los monitores aumentan la oferta de actividades. Con actividades como la de ayer en Ciudad Jardín, los organizadores de los Casals consiguen que los ciudadanos de a pie -a pie de playa en este caso- conozcan su labor. Así lo considera Joan Reca, del Casal de Mitjorn, que explica que «con fiestas abiertas a todo el que se acerca consigues, a la vez que se lo pasan en grande, que reconozcan tu trabajo».

M. Jávega