Los turistas que llegaban al aeropuerto mostraban su sorpresa por la cantidad de desechos acumulados. Foto: PERE BOTA

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S. CARBONELL/RUIZ COLLADO
La huelga de limpieza de edificios y locales de Balears tuvo especial incidencia en los aeropuertos de las Islas, sobre todo en Son Sant Joan, en el que, a últimas horas de la jornada ya se acumulaban papeles, restos de comida y botellas, en un día en el que pasaron 86.000 pasajeros. Govern, sector turístico y Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) lamentaron ayer la actitud sindical por los efectos que la huelga de limpieza está provocando en la imagen de los aeropuertos de las Islas y en el propio destino turístico.

El conseller de Turisme, Joan Flaquer, señaló que las huelgas «son siempre negativas, pero una de limpieza siempre tiene unos efectos más perjudiciales porque daña la imagen turística de Balears, más aún cuando afecta a los aeropuertos de las Islas». Flaquer considera que «los aeropuertos son un factor primordial para al turismo, por lo que lamentó el daño que la suciedad acumulada en las terminales puede ocasionar al sector turístico. Es por ello, que hago un llamamiento a los sindicatos y patronales para que se produzca un acuerdo en beneficio de todos los ciudadanos de las Islas».

Para el presidente de la Federación Hotelera de Mallorca, Pere Cañellas, el problema se agudizará «si los aeropuertos se llenan de suciedad, porque la imagen que se ofrecerá a los turistas será deplorable». En declaraciones a Europa Press, apuntó que «el calibre de las reivindicaciones sindicales no debería de superar al de las consecuencias pagadas por la imagen turística balear». AENA lamentó las molestias que esta huelga pueda ocasionar a pasajeros, usuarios y compañías aéreas, al mismo tiempo que reafirmó su compromiso de satisfacer todas las necesidades de los usuarios y pasajeros en los aeropuertos de las Islas. Dejó claro que dicho conflicto es una situación totalmente ajena a AENA, porque la labor de limpieza la realiza una empresa concesionaria. AENA aseguró que se cumplen los servicios mínimos, fijados en el 100%, lo que, a la vista de las imágenes, no parece real.