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Blancas o de colores, largas o cortas, de lino o de algodón... La falda del verano se adapta a todos los gustos. Se trata de la clásica falda ibicenca, que este año está causando furor. Las hay para todos los bolsillos, desde las más sencillas por sólo 10 euros, hasta las más sofisticadas, que pueden llegar a costar 1.100 euros. Aunque esta prenda no es nueva, pues ya la usaban las payesas de Eivissa para trabajar en el campo, esta temporada está siendo la más vendida. En algunas tiendas se ha agotado. En su origen sólo existía el modelo de color blanco, y su único material era el algodón. Se fabricaba de esta manera porque era la ropa más ligera y fresca para pasar largas jornadas al sol. Según explica la responsable de una tienda de ropa tradicional ibicenca situada en el centro de Palma, la única variación que podían presentar las faldas eran unas puntillas a modo de adorno. Con el paso de los años se han ido sofisticando pero nunca se han dejado de producir porque hay un público fiel que cada verano las compra. El material más usado sigue siendo el algodón, aunque también el lino o las faldas que mezclan ambos tejidos.

Quién iba a pensar que una prenda escogida por su extrema comodidad y frescura, pensada en su origen para pasar largas horas trabajando al sol, en el campo, iba a convertirse en protagonista de las más prestigiosas pasarelas internacionales. Los grandes diseñadores no han permanecido ajenos a esta tendencia estival y la han incorporado a sus colecciones. Así, las tiendas más exclusivas de la ciudad exponen en sus escaparates la falda ibicenca. Eso sí, pueden llegar alcanzar los 1.100 euros. La falda del verano ha llegado a todos los públicos. Y cómo no, los famosos también se han apuntado a esta moda.

El blanco también continúa siendo el color favorito de las compradoras, ya que favorece especialmente en estas fechas estivales en que se puede presumir de bronceado. Sin embargo, basta con dar un rápido paseo por las tiendas de ropa para observar que ahora la gama de colores se ha multiplicado: azules, rojas, amarillas, verdes, negras... Se puede escoger la tonalidad que se desee. Pero la auténtica novedad de este verano son las faldas cortas, vaporosas, de colores, entalladas a la cintura, que, sin embargo, conservan el estilo ibicenco. Éstas se suelen combinar con camisetas de tirantes muy ajustadas. Las turistas que visitan la Isla han acogido esta moda balear con entusiasmo, y son las primeras en lucirlas. Las visten tanto para ir a la playa, por su gran comodidad, como para acicalarse y asistir de noche a los múltiples locales de copas.

Deidré Dalmau