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Si bien a lo largo de los últimos años está perdiendo fuelle aquella idea preconcebida de que somos una comunidad rica donde el bienestar alcanza a todos, seguimos recibiendo de vez en cuando datos que vienen a confirmar que el mito se desinfla día a día. Ahora descubrimos que más del 63 por ciento de las familias de Balears tuvo dificultades para llegar a fin de mes durante el primer trimestre del año. Y no es de extrañar, si tenemos en cuenta que cada hogar gastó una media de 6.015 euros (un millón de pesetas), lo que queda muy lejos de los ingresos, siendo además un 8 por ciento más que el año pasado, incremento que también queda alejadísimo de las subidas salariales pactadas.

Llama la atención que sólo un 20 por ciento de los ingresos se dediquen a alimentación, bebidas y tabaco, mientras el resto, el 80 por ciento, se destina a otros bienes y servicios, probablemente devorados por el precio de alquileres e hipotecas. Cada ciudadano de Balears elevó su gasto medio hasta los 2.400 euros en un trimestre, estando a la cabeza española con Madrid y País Vasco, las comunidades que gozan de mejores sueldos.

Son datos para el análisis y para la reflexión, porque estamos instalándonos en un tren de vida superior a nuestras posibilidades y las circunstancias tampoco son para lanzar las campanas al vuelo. La buena salud del consumo demuestra que en Balears vivimos confiados en nuestras posibilidades y en la buena marcha de la economía, quizá demasiado. Una vez más hay que hacer un llamamiento aseny, tanto para los consumidores como para las autoridades, que deberían poner todos sus esfuerzos en facilitar el acceso a la vivienda, especialmente a las familias con mayores dificultades.