Vista aérea de Pollença, uno de los municipios con mayor proliferación de viviendas unifamiliares en suelo rústico. Foto: J.TORRES

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La Conselleria de Medi Ambient ha concedido 1.218 autorizaciones de pozos desde el levantamiento de la moratoria, en diciembre de 2003, y 40 concesiones de extracciones de agua, según datos aportados por el departamento autonómico. La diferencia entre autorizaciones y concesiones radica en que las primeras sólo permiten extracciones inferiores a 7.000 metros cúbicos o toneladas anuales con una vigencia de un año prorrogable durante seis meses, mientras que las segundas pueden superar esas 7 toneladas anuales.

De las 1.218 autorizaciones, la inmensa mayoría corresponden a viviendas unifamiliares en suelo rústico, mientras que las restantes tienen como finalidad principal el regadío agrícola. Las concesiones se reparten entre regadíos y abastecimientos de agua a núcleos residenciales o comunidades de propietarios.

La gran diferencia en el número de autorizaciones y el de concesiones tiene una explicación. Normalmente, el interesado pide de forma inicial una autorización porque su procedimiento permite comprobar si existe un caudal suficiente de agua para sus necesidades. Una vez comprobado que es así, el interesado solicitará una concesión, que permite una mayor extracción sin el límite de un año prorrogable durante seis meses. Es decir, la verdadera intención de los solicitantes de una autorización es tramitar posteriormente y conseguir finalmente una concesión.