A pesar de que puedan existir discrepancias en torno al número
de asistentes, nadie discute que la manifestación convocada por la
Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) celebrada este pasado
sábado en Madrid fue multitudinaria. Tanto es así que el presidente
del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguraba desde Galicia
que su Ejecutivo «escucha» a los manifestantes como también lo hace
con el PP en el Parlamento.
Es innegable y, además, necesario que el Gobierno busque la paz
por las vías que estime oportunas. Eso sí, sin absurdas concesiones
que nadie entendería. Pero ese diálogo sólo puede darse cuando por
parte de los terroristas se produzca el total abandono de las armas
y no haya ni el menor atisbo de coacciones, extorsiones o impuestos
revolucionarios.
Ha sido un error de un enorme calado el intentar dividir a las
víctimas por parte de los dos partidos mayoritarios en una marcha
hacia adelante que ha conducido a un peligroso punto que convendría
abandonar cuanto antes para no caer en una fractura social que
tendría una complicada vuelta atrás.
El Gobierno no ha sabido explicar correctamente cuál era su
posición y ha cometido un grave error al no contar con el PP, pero
al partido conservador le ha faltado generosidad. Debería haber
evitado utilizar el dolor de las víctimas del terrorismo para
atacar a Zapatero y al PSOE.
La lucha contra el terrorismo requiere de la unidad de los
demócratas y, desafortunadamente, el espectáculo que nos están
ofreciendo PSOE y PP no resulta en absoluto gratificante. Muchas
víctimas se han sentido ignoradas, y eso tampoco es bueno si se
pretende afrontar un proceso de paz con las suficientes
garantías.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.