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María Jesús Izquierdo y Camino Villanueva, de Ayuda en Acción, ofrecieron ayer una conferencia en Palma sobre las intervenciones de esta ONG en proyectos de microcréditos en América Latina y en las áreas afectadas por el desastre del tsunami en el sudeste asiático. Respecto a los efectos del tsunami, María Jesús Izquierdo destaca que «el hecho de que Ayuda en Acción ya contara con redes de trabajo con organizaciones locales en algunos de estos países ha facilitado las cosas. No hemos empezado de cero, pero el maremoto ha sido un gran desastre sin precedentes, ha sido devastador y ha desbordado las capacidades de respuesta. Sin embargo, rápidamente se ha puesto en marcha una valoración de necesidades y, al mismo tiempo, la acción humanitaria. No podemos esperar a acabar la primera para iniciar la segunda. De hecho, la valoración aún no ha terminado».

«La prioridad es garantizar los bienes y servicios para salvar vidas y evitar sufrimientos: agua, saneamiento, nutrición, atención médica, acondicionamiento de refugios, atención psicosocial, etc. Sólo después de restablecer un poco las condiciones mínimas, podemos poner en funcionamiento servicios y reconstruir tanto la vida cotidiana de las personas como las estructuras y los tejidos sociales», indica Izquierdo. La responsable de gestión de riesgos y acción humanitaria de Ayuda en Acción señala que «multitud de familias se han desintegrado con la pérdida de sus miembros. También las hay que se han repartido entre los campos de refugiados, por lo que hay un gran trabajo por hacer de reintegración y regarupación tanto de familias como de comunidades enteras. La atención psicosocial es fundamental porque el maremoto ha creado grandes traumas y ya se habla de una 'generación tsunami'. Un precedente en este sentido sería el huracán Mitch, cuyos efectos psicológicos todavía perduran».

María Jesús apunta que «la respuesta solidaria internacional a nivel de Gobiernos y sociedad civil ha sido muy amplia, en buena parte gracias a la difusión de los medios de comunicación. No obstante, los problemas no se han solucionado y ya se habla de una recuperación en diez años. La cuestión es que, a largo plazo, todo lo que ha ocurrido no se olvide, si bien es cierto que proyectos humanitarios y de desarrollo en otras zonas se pueden ver afectados». Por su parte, Caminbo Villanueva explicó los 35 proyectos de desarrollo local que Ayuda en Acción aplica en Perú, Ecuador, Bolivia, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Méjico a través mediante sistemas de microcréditos, fuera de la banca formal, que han contribuido a impulsar servicios y economías donde antes no existían.