TW
0

Hasta hace poco, los isleños envidiábamos a las provincias más interiores de la Península por la imagen pura y blanca que ofrecían durante el invierno gracias a ese bello fenómeno meteorológico que es la nieve. Ayer ese sueño se convirtió en realidad y Mallorca amaneció nevada. La Serra de Tramuntana, que hasta ayer había sido protagonista exclusiva de este fénomeno, cedió su protagonismo al resto de la Isla y todos pudimos ver la nieve de cerca. Al tono de «¡Oh!, qué bonito», miles de mallorquines dejaron lo que estaban haciendo por unos segundos para contemplar de cerca la belleza de la naturaleza. En Palma, tuvimos que conformarnos con verla caer en pequeños copos que no cuajaron. Pese a ello, fueron muchos los ciudadanos de Ciutat que, cámara en mano, quisieron plasmar esta bonita postal casi navideña.

Al ser día lectivo, fueron pocos los niños que pudieron disfrutar de una jornada de juego sobre la nieve. Pero en algunos de los pueblos más interiores, los niños pudieron disfrutar de este invernal placer al salir de clase. Bola en mano, las peleas de nieve estaban garantizadas, al igual que los simpáticos muñecos. El comentario de las personas mayores era que no recordaban una nevada igual en la Isla. Muchos contaban sus antiguas vivencias a los más jóvenes que, por su parte, preparaban una excursión para el próximo fin de semana para ir a ver la nieve junto a sus amigos. Algunos curiosos intentaron subir hasta el Puig Major para ver de cerca la nieve provocando algunas retenciones. Algunos lo consiguieron y otros no. Los que lo hicieron lo plasmaron poniendo muñecos y bolas en el capó, maletero o el techo de sus coches.

La nieve poco a poco nos sorprende cada vez menos, pero aún es un elemento innovador que modifica la imagen de la Isla, dotándola de una belleza diferente.