Bernardo Mestre, propietario de la panadería Mestre de Palma, explica que el roscón de Reyes es «una especie de juego, además de un postre». En esta pastelería, estos dulces se elaboran a partir de distintos sabores.

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A tan sólo un día de la celebración de los Reyes Magos, las pastelerías de la Isla anuncian su llegada con los tradicionales roscones. Es el caso de la panadería Mestre, que recibe estos días una gran cantidad de encargos. Durante este tiempo, elabora entre 150 y 200 roscones al día. Los ingredientes que componen estos dulces son azúcar, huevos, harina, limón rallado, canela, un vaso de agua azahar, levadura de panadería y agua. Todos ellos guardan una haba o pequeña figurita que es la sorpresa, y como es costumbre al comensal a quien «le toca» debe pagar una ronda.

La circunferencia concéntrica de bizcocho resultante se adorna con frutas confitadas, y en el centro se coloca una vistosa corona real, a ser posible de llamativo color dorado. Los precios de los roscones son muy variados, van desde los 12 a los 17 euros, según los tamaños y los sabores.

A esta pasta, se le añade distintos sabores como cabello de ángel, trufa, nata o chocolate, aunque el que tiene más éxito es el de mazapán.

Esta panadería adorna considerablemente estos dulces, dotándolos de un gran colorido gracias a la combinación de carbón, lacasitos, golosinas y chocolate.

El roscón de Reyes se ha popularizado en Mallorca hace apenas unos 12 años. Se trata de una tradición traída de Catalunya, donde etortel es uno de los productos más típicos por estas fechas.

Bernardo Mestre, propietario de la panadería, explica que el roscón de Reyes es «una especie de juego, además de un postre». Así pues, la diversión está más que garantizada con estos dulces.

S. Coquillat
Foto: Teresa Ayuga