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Demetrio J. Peña, fundador y primer presidente de la federación PIMEM, dejará en febrero el cargo de presidente de la patronal comercial Pimeco, que ocupa desde hace 15 años, al considerar que ha agotado su ciclo en la dirigencia empresarial mallorquina.

-¿Cómo recuerda la fundación de PIMEM y cómo ha cambió el asociacionismo empresarial?
-Tras la muerte de Franco ya existían unas corrientes fuertes auspiciadas por la Cámara de Comercio. El Consejo Superior de Cámaras había iniciado un proceso de crear estatutos de lo que debían ser las organizaciones empresariales, movimientos que empezaron a penetrar en el sindicato vertical, tanto es así que sus líderes hablaban de «porosidad en la base». Un grupo de empresarios iniciaron un movimiento que denominaron de la pequeña y mediana empresa de Mallorca, desde un concepto intersectorial y no gremialista, que es el que se desarrollaba en España. Ese grupo creó una coordinadora de la que Jaume Ribas fue primer secretario y, a partir de ahí, empezó a crecer. PIMEM nació como sociedad anónima.

-¿Cómo se consolidó PIMEM y por qué no empezaron como una asociación balear?
-Podíamos haber nacido como PIME de Balears, tal y como hizo la CAEB, pero pensábamos que el desarrollo de la autonomía sería a nivel insular y también esperábamos que en Menorca y Eivissa afloraran movimientos como el nuestro. Respecto al desarrollo de la autonomía nos equivocamos y el que tuvo poder fue el Govern y no los consells. En cuanto a nuestra consolidación, se produjo cuando las empresas necesitaron asesoramiento con las reformas fiscales, la entrada en Europa, el IVA y cuando los sindicatos necesitaron interlocutores para negociar convenios. Todo esto llegó hasta el año 1988 cuando consideré que era necesario que entraran otros. Entonces asumió la presidencia Joan Fuster, después fue presidente Lluís Ramis de Ayreflor durante seis meses pero Matas lo llamó a la Autoritat Portuària. Entró Tomás Garrido, Jaume X. Rosselló y Francisco Horrach.

-¿Qué pasó con Pimeco?
-Juan Fuster había sido vicepresidente de Restauración y le faltaba el lenguaje comercial. Tenía el lenguaje de la empresa de servicios y nos dimos cuenta que teníamos reactivar PIME Comerç. La competencia (Afedeco) estaba presidida por Miquel Lladó, una persona de iniciativas y, lógicamente, fue necesario poner en marcha Pimeco. Tengo que añadir que Miquel Lladó, cuando fue presidente, abrió las puertas de la Cámara de Comercio al a todo el mundo, antes era un coto cerrado.

-Una acción suya relevante socialmente fue contra el párquing del parque de mar
-Eso fue antes. En 1975, siendo alcalde de Palma Paulino Buchens, surgió el movimiento «parc sí, párquing no». A partir de ahí personas promotoras de PIMEM se fijaron en mi como posible presidente. Organizé un minimanifestación con empleados y amigos en Cort.

-Pimeco y Afedeco han sido de las pocas asociaciones que han convocado dos paros.
-En el primer caso no nos oponíamos a la apertura de El Corte Inglés, porque respetamos la libertad de empresa. Nos oponíamos a la recalificación de toda una manzana para que pudiera venir esta gran superficie. Esto era una competencia desleal. Tuvimos un efrentamiento con el ayuntamiento y cerramos Palma. El otro caso, en 2000, lo hicimos para exigir una ley de comercio que regulara la temporada de rebajas, horarios comerciales, eccétera. Nos encontramos que esta ley se aprobó y el Gobierno impugnó una serie de artículos y ya no sirve para nada. Ahora sucede el problema de siempre. Las influencias de las grandes superficies son importantes, tienen los mejores abogados y las langostas vuelan. Al final el Gobierno ha puesto un mínimo de 8 domingos y festivos de apertura al año cuando las pymes queríamos que fueran ocho máximo.

-¿Cuáles son los retos del sector y los hitos conseguidos?
-Tenemos que adaptarnos a internet y a las nuevas tecnologías como canales de distribución, así como la unión de empresas en términos de compras, promoción y constitución de grandes unidades de venta. Tenemos también que concienciar al a los ayuntamientos como gestores del comercio. Si no hay comercio la ciudad estaría muerta, el comercio da vida. En cuanto a los hitos, quiero destacar la promoción de la tarjeta compra fácil, la creación de IBI, la Fundació Deixalles y PIME Balears.