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Ayer a mediodía, en el restaurante Pequeño Mundo, la Associació Illes Balears d'Adopcions (AIBA), con motivo de la próxima Navidad, reunió a manteles a cerca de 400 personas afiliadas a dicha asociación, que en la actualidad cuenta con 260 familias. Eso supuso que en dicho complejo pudiéramos ver a niños con rasgos orientales o tez morena hablando perfectamente catalán, entre otras razones porque llegaron a la Isla siendo bebés, es decir, se han criado y han crecido en Mallorca.

Ramón Rotger, presidente de AIBA, que estuvo dando la bienvenida a los asistentes, así como a las autoridades -el presidente de s'Institut, Antoni Serra, entre otros- que se sumaron al acto, nos estuvo contando que «a Balears llegan, sobre todo, niños procedentes, principalmente, de países como Rusia, China y Colombia, siendo los de menor número los africanos. ¿Causas? Las guerras en las que se ven inmersos algunos de estos países, aunque en los últimos tiempos se han abierto más a las adopciones». Durante el año pasado, en España fueron adoptados 3.951 niños llegados desde todo el mundo, además de unos mil procedentes del territorio nacional; a Balears llegaron un total de 118 de todo el mundo. Según Rotger, para poder evitar que la familia o el niño tengan problemas en el futuro, «hay que hacer las cosas dentro de la legalidad».

El primer paso a dar es en s'Institut (General Riera, 67, Palma) donde se indicará qué hacer para cubrir los trámites y hacerse con el documento de idoneidad, fundamental para la adopción. «Una vez cumplimentados todos los trámites, se envía el expediente al país en el que se desea adoptar el niño. Seis meses después se le notifica que puede ir a buscar al niño. El padre y la madre deberán permanecer en dicho país unos diez o doce días, aunque en algunos, como Colombia, como han de estar presentes en el juicio de adopción, la estancia puede prolongarse hasta 45 días». En cuanto al precio, éste no excederá de 12.000 euros, con viaje y estancia incluidos.

Pedro Prieto
Foto: Miquel Àngel Cañellas