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El Ajuntament ha decidido, por fin, atender la reiterada reclamación vecinal y en pocos días ha adecentado la casa y el solar en el que se asienta. Se trata de Can Alonso, un chalet de la calle Arxiduc Lluís Salvador que se incluye en el Catàleg de Protecció d'Edificis, y que permanecía deshabitado, en estado de abandono y deterioro, mucho más desde que el inmueble fue tomado por okupas. El vecindario parecía clamar en el desierto desde hace mucho tiempo, puesto que nadie atendía a su reclamación. Estos vecinos eran constantes testigos del proceso de degradación que sufría la casa y el jardín que la rodea.

El Ajuntament, realmente, poco podía hacer puesto que se trata de una propiedad privada, y los propietarios, además de no actuar por su cuenta, no habían requerido la intervención policial o de la brigada municipal para que procediera al desalojo de los ocupantes, ni para la limpieza del inmueble y su entorno. Mientras, las basuras se acumulaban, lo que propició la aparición de las ratas, los malos olores y el temor a que se produjera algún incendio causado por las fogatas que encendían las personas que habían tomado el edificio.

El caso alcanzó preocupación política, además de la vecinal, porque además de los problemas referidos que afectaban a la convivencia, se estaba produciendo un deterioro de un edificio que se insta a proteger. Se propuso adquirirlo y que pasara a ser patrimonio municipal, propuesta que fue tenida en cuenta. El problema es que para ello es preciso convencer a diversos propietarios, teniendo en cuenta que se encuentra en una zona muy apetecible para la construcción de grandes edificios de viviendas y que el grado de protección de este edificio impide su edificación en los parámetros similares al de los inmuebles vecinos.

El proyecto de Can Alonso data de 1937, y es un diseño del arquitecto Josep Maria Monravà Lòpez. Según los redactores deCatàleg de Protecció, el interés del edificio no estriba sólo en que se trata de un proyecto de un arquitecto catalán vinculado al GATEPAC, sino por tratarse de una obra de clara influencia lecorbusiana, concretamente algunos detalles recuerdan la «Villa Savoye», de Le Corbusier. Era de planta cuadrada, edificada en tres de sus lados, creando un patio central y con cubierta solarium.

El edificio original fue ampliado a principios de los años cuarenta, bajo la dirección del arquitecto Francesc Casas, con el objeto de duplicar la superficie construida, sin alterar la estructura preexistente y valorando la original estética racionalista. El patio fue cubierto, quedando convertido en un espacio a partir del cual se organiza la distribución interior de la casa.

Además de instalados, los buzones de recogida neumática de basuras de la calle Unió ya se utilizan, mal como se muestra en la foto y tal como sucede con la mayoría de buzones similares, que se convierten en auténticos puntos negros en los que se abandonan basuras, muebles, escombros.