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El Parlament puso ayer la Constitución como límite a cualquier reforma estatutaria y, tras una compleja votación que tomó como punto de partida una moción del PSM, acordó que Jaume Matas preparara con el resto de grupos la próxima reunión que mantuviera con Zapatero y el resto de presidentes autonómicos. La Cámara balear, tras varias semanas marcadas por la tensión, vivió ayer una insólita votación en la que todos los partidos consiguieron sacar adelante algunas propuestas. La mayoría de estas propuestas fueron propuestas por el PSM y el PP apoyó prácticamente todas, salvo dos de hondo calado: optar por el concierto como futuro sistema de financiaciación y suprimir un artículo de la Constitución que impide federarse a las comunidades autónomas. También el PSOE votó en contra.

Con la única oposición de los socialistas, la Cámara aprobó una iniciativa del PP: que Matas haga llegar a Zapatero el «rechazo a los Presupuestos Generales del Estado para 2005 por la clara discriminación que suponen para Balears». En lo que sí hubo unanimidad fue en fijar la «necesidad de que el nuevo sistema de financiación autonómico prevea la eliminación de la cláusula de suficiencia que limita la cantidad máxima que puede recibir la Comunitat». También se aprobaron por unanimidad la defensa en las futuras conferencias de presidentes del cumplimiento obligado del Régimen Especial Balear y la presencia y participación del Govern en las instituciones europeas, así como que se introduzcan en el texto constitucional la necesidad de reformar el Senado y el deber de fomentar el conocimiento de todas las lenguas oficiales de las comunidades.

El PSM también pidió que en una eventual reforma de la Carta Magna se incluya el reconocimiento de la «plurinacionalidad del Estado español», lo que obtuvo el respaldo de todos los grupos, excepto el popular, mayoritario en la Cámara, por lo que este apartado de la moción fue rechazado. Con el debate de esta moción -consecuencia de la interpelación sobre la Conferencia de Presidentes de hace dos semanas que Matas aprovechó para dar todo el protagonismo a Pere Sampol y ningunear a la socialista Francina Armengol- finalizó una sesión plenaria que rechazó una propuesta del PSOE para regular la modalidad turística del «todo incluido». Aparentemente, también el PP quiere regular esta modalidad pero discrepa en las formas. Los socialistas querían modificar la Ley General Turística. Según el PP, es precisa una ley de nuevo cuño. En el turno de preguntas, el conseller Flaquer clarificó que no pensaba transferir las competencias de Promoción Turística a los consells. Dijo a la diputada Patricia Abascal que difícilmente podían traspasar a los consells, algo que el Estado no había transferido a las autonomías. Según Flaquer la «formula descentralizadora» que propone es crear un consorcio formado por los consells, el Ibatur y el sector para promocionar conjuntamente en cada isla su producto específico. Miquel Nadal (UM) indicó después a este periódico que «más pronto o más tarde, los consells gestionarán la promoción turística», aunque matizó que no le importaba esperar. La sesión se había iniciado con varias preguntas de los grupos a la consellera Puig en torno al congreso de la familia celebrado hace una semana y también fue escenario de un rifirrafe sobre las acciones laborales específicas para mujeres maltratadas.