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Todo a punto, menos los muebles. El esperado estreno del juzgado de lo Mercantil de Palma, que resolverá los expedientes de suspensiones de pagos y quiebras, tendrá que esperar algunos días para su puesta en marcha. La falta de mobiliario ha retrasado su apertura, tal y como estaba prevista en el cuarto piso de la sede judicial del barrio palmesano de sa Gerreria. La nueva instancia judicial está considerada como un auténtico banco de pruebas de la nueva Ley Concursal, que deja en manos de un juez especializado la resolución de los expedientes de quiebras y suspensiones de pagos.

El nuevo juzgado de Palma, sin embargo, ya ha tramitado expedientes de quiebra en una fase experimental, la primera desarrollada en España.

Con la nueva normativa se agilizan los trámites y se pretende evitar situaciones de abuso y privilegio, pues en la situación anterior, cuando se iniciaba el reparto del patrimonio del deudor insolvente, el acreedor ordinario se encontraba que apenas quedaban bienes que distribuir.

A un juez único, especializado en Derecho Mercantil, se le ha encomendado el conocimiento de todos los procesos concursales, con una mayor especialización de quienes integran la administración judicial y se incentiva tanto al deudor que promueve el procedimiento concursal como a los acreedores que activan éste.

Se trata, según un abogado expertos en procedimientos de quiebras, «de superar la escasa confianza que antes tenían los mecanismos legales y procesales, produciéndose más quiebras y suspensiones de pago de hecho que de derecho».