Bruno Gómez-Acebo y su esposa presidieron la parada. Foto: CLICK

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La Gran Parada Naval culminó ayer el XX Trofeo Almirante Conde de Barcelona, en el que participaron más de medio centenar de embarcaciones, auténticas joyas de la náutica, adscritas a la regata.
A bordo deGiralda, yate que fue de su creador, don Juan, y que ahora pertenece a la Escuela Naval Militar, presidió el acto Bruno Gómez-Acebo, hijo de la infanta Pilar de Borbón, acompañado de su esposa, Bárbara, y junto al diputado Joan Huguet; el comandante general de Balears, Luis Peláez Campomanes; el delegado del Ministerio de Defensa en Balears, Cristóbal Sbert, y el jefe del Sector Naval, Francisco Jáuregui.

Tras fondear frente a la Catedral, eGiralda, completamente engalanado, esperó el desfile de embarcaciones alineadas para la revista con la espectacular presencia del buque escuela italiano Palinuro, que se sumó al acto al coincidir su escala en Palma con la regata y cuya tripulación uniformada apareció formada y saludando sobre el francobordo.

El acto comenzó a las 12.00, cuando pasaron los barcos de mayor porte seguidos de los medianos y más pequeños, todos ellos de gran valor patrimonial al ser piezas irrepetibles. Un emotivo desfile dentro de un espectáculo de notable belleza plástica en el que se echan en falta las velas, que no se izan por razones de velocidad y orden de revista, lo que exige maniobra a motor.

G. Alomar