Fotografía de grupo de algunos de los niños que están en estos momentos disfrutando de los distintos talleres que ofrece este programa pedagógico. Foto: A. VAN STOKKUM

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Acercar la vida del campo a los niños, estableciendo un contacto directo entre ellos y el medio rural y natural; de manera que se conciencien de la necesidad de su conservación. Éste es el objetivo del proyecto pedagógico de la Granja Escolar Es Burotell, que se encuentra en una típica possessió mallorquina situada en la carretera Calvià-Puigpunyent y que actualmente acoge a 150 niños. Esta granja presenta dos modalidades distintas de colonias de verano. La primera consiste en un campamento, ya que los niños acuden al centro de domingo a viernes y se quedan a dormir. En cambio, en la segunda modalidad, los pequeños no se quedan a dormir sino que por la tarde regresan a su casa. Las actividades de estos dos grupos son similares y tienen que ver con la manera de vivir en una possessió mallorquina: aprender a hacer pan, galletas o queso, cuidar los animales, darles de comer, limpiar el centro y trabajar en el huerto sembrando, regando y recogiendo los frutos. Por la tarde, manualidades y talleres artísticos. Además, los niños pueden refrescarse en la piscina de la granja. Los niños de campamento organizan gincanas y veladas y practican algún deporte de aventura como tiro con arco y juegos de orientación.

Estas tareas se organizan en pequeños grupos de diez a doce niños con un monitor al cargo para garantizar así la seguridad de los participantes. En total hay 20 monitores, 2 de apoyo y 3 coordinadores, que tienen la formación y la experiencia necesaria para conducir de manera adecuada las actividades. Es Burotell conforma un ambiente ideal para los niños que desean pasar el verano de una forma divertida y dinámica. Muchos de los pequeños que acuden a esta granja repiten año tras año. No cabe duda de que se lo pasan genial. Joan, uno de los más pequeños, dice que lo que más le gusta es regar las plantas. A Toni y Rosalba les encanta dar de comer a la nueva vaca que acaba de nacer. Otros sienten un poco de miedo a la hora de acercarse a los animales, pero en unos días este recelo se convierte en confianza. Marc es uno de los peques más atrevidos, cada día acude a las cuadras de Tòfol y Mariano, los dos burros de la granja, para darles de comer. Lluís también se lo pasa en grande con los animales, aunque él prefiere las gallinas a las que les tira pan diariamente.

Samantha Coquillat