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La irrupción masiva de algas en las costas de Balears responde a una elevada mortalidad de Posidonia oceánica como consecuencia de las altas temperaturas del pasado verano. Durante el otoño de 2003, las Islas fueron escenario del episodio más importante e intenso de floración de Posidonia (conocida popularmente como «alga») en todo el mundo al menos desde el siglo XVIII, época a partir de la cual se tienen reseñas de este fenómeno. Los investigadores Elena Díaz y Carlos Duarte, del Institut Mediterrani d'Estudis Avançats (Imedea), ya detectaron entonces floraciones en Balears con densidades superiores a 400 unidades por metro cuadrado y las vincularon al estrés que sufrieron estas plantas marinas por las elevadas temperaturas del agua en el verano de 2003: casi 30 grados a 7 metros de profundidad.

No hay constancia de floraciones de intensidades similares. En el caso de la Posidonia oceanica, la floración supondría un intento, por parte de las plantas que han sufrido un estrés térmico, de reproducirse antes de morir.

La Posidonia cubre más de mil kilómetros de los fondos marinos de Balears a una profundidad entre uno y cuarenta metros. Su función es fundamental en la conservación de nuestros ecosistemas marinos, pues además de constituir el hábitat de especies marinas comerciales, ofrece estabilidad a los sedimentos, aporta arena a las playas y sirve de protección contra el oleaje.

Para Duarte, «la elevada mortalidad no va a ser compensada a corto plazo por la intensa floración. Para que se vea equilibrada con varias decenas de miles de plantas, deberemos esperar décadas. Así, en los próximos decenios, la aportación natural de arena a las playas de Balears se va a reducir, lo que se sumará al actual proceso de regresión».