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La solemnidad del Corpus en Palma se caracterizó por la gran participación de fieles en la misa solemne de la Seu y posterior procesión. A las seis de la tarde, con la basílica mayor de Mallorca repleta de fieles, presidió la misa solemne el obispo de Mallorca, Jesús Murgui. Al acto religioso acudió la alcaldesa de Palma acompañada por miembros del Consistorio. Concluida la misa y ante un numeroso público que esperaba en la explanada de la Seu salió la procesión encabezada por la Sección Montada de la Policía Local, Tamborers de la Sala y banderolas.

Detrás se incorporaron los grupos de Cavallets i cossiers que amenizaron el cortejo con sus danzas. Uno de los primeros elementos en salir fue la cruz de sa lledània, portada por miembros de la Asociación de Cofradías de Penitentes, estandarte de la cofradía de la Salud; guión y miembros de la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios; banderas del Corpus de Juventud Seráfica y Cruzada del Amor Divino y simpecado de la Hermandad del Rocío de Palma. Esta hermandad aportó cerca de doscientos hermanos con su medalla y estuvo acompañada por su padre espiritual, el jesuita Sebastián Feliu.

Este año participaron cientos de fieles de todas las edades y muchos religiosos a los que se les ofrecieron cirios. También ocho niñas de primera comunión y un grupo de monaguillos. Especial realce cobró el desfile a su paso por Palau Reial, en cuya calle se vieron en los balcones bastantes más damascos que el año anterior y sobre todo mucha gente que lo presenciaba, al igual que en la Plaça de Cort. La procesión contó con las insignias de la Catedral, el conopeo y el tintináculo, cuya señal anunciaba la presencia de la Custodia. El bello paso accionado de forma mecánica con la Sagrada Forma lució decoración floral de color blanco y estuvo precedido por el obispo de Mallorca, Jesús Murgui, cabildo catedral y sacerdotes fue saludado en respetuoso silencio a su salida a los sones de la Banda Municipal, que interpretó Christus Vincit.