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R.L./AGENCIAS
Malas noticias para la economía doméstica que todavía se agravan más en Balears: los precios crecieron en Balears ocho décimas en mayo respecto al mes anterior, con lo que ya acumula una subida del 2% en los primeros meses del año y eleva la tasa interanual al 3,1%, cuatro décimas más que en mayo de 2003, según datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística. La subida mensual de Balears es superior al incremento del 0,6 por ciento experimentado a nivel nacional, y de las más importantes por Comunidades Autónomas, sólo por detrás de Ceuta y Melilla (cuyos precios suben un 0,9 por ciento) e igualada con el crecimiento en Navarra.

No obstante, la tasa interanual está tres décimas por debajo del repunte registrado en el conjunto de España (3,4 por ciento) y es una de las más bajas de España, únicamente por delante de Aragón (3%), Extremadura (2,9%) y Canarias (2,1%). Las reacciones no se hicieron esperar. Govern, sindicatos y organizaciones valoraron los datos y todos coincidieron en que no era una buena noticia. El conseller de Economia, Lluis Ramis d'Ayreflor admitió que el aumento del IPC en mayo es un dato «negativo», aunque confió en que a partir de ahora se frene la tendencia alcista de los precios, e incluso no descartó acabar el año cumpliendo las previsiones de inflación.

El secretario de Acción Sindical de UGT-Balears, Manuel Pelarda, atribuyó el incremento a «la coyuntura internacional», concretamente al aumento del precio del combustible, derivado del la cotización del barril de petróleo. Pelarda aventuró un incremento mayor del transporte que provocará una disminución del número de viajeros y «ralentizará aún más» la economía isleña. El responsable económico de CAEB, Vicenç Tur, atribuyó también la subida a los carburantes. En su análisis, destacó que el incremento interanual procede del precio de la vivienda, que sigue acumulando subidas, aunque más moderadas, y consideró normal la subida mensual del precio del vestido y calzado por efecto de las rebajas. USO destacó que «las clases más desfavorecidas» resultan especialmente perjudicadas al subir alimentación, vivienda y transportes