La gente aprovechó el día para acudir a la playa. Foto: CURRO VIERA

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A cuatro días del famoso cuarenta de mayo, se puede decir que estamos ya en verano, aunque todavía falten dos semanas para que oficialmente entre esta estación. Porque ¡Vaya día el de ayer! Calentito de verdad. Y a mediodía, casi inaguantable. Lo cual nos hace pensar que este estío, sobre todo en su recta final, puede ser tremendo en cuanto a calores. Y es que es lógico: al haber cada vez menos capa de ozono, el sol calienta más. Así que a ver si nos damos cuenta de la importancia de la capa de ozono, que si desaparece es por culpa nuestra.

Por todo lo dicho, casi todo el mundo que pudo se fue a la playa, ya fuera de cercanías o algo más lejana y escondida. Basta, si no, ver cómo estaban las que visitamos, que fueron todas las de Palma. Y quien no fue a la playa se fue al campo, a la fresca; o bien se caló las deportivas, se puso de corto, y a hacer footing a la vera del mar. O quien no, se montó en la bici y se pasó parte de la mañana haciendo kilómetros, algo que cada vez está más difícil en las carreteras mallorquinas.

Lo que sí nos llamó la atención en el ratito en que estuvimos en Ciudad Jardín, a la que el buen tiempo ha sorprendido con las obras de mejora a punto de terminar, es ver como algunos se desprenden de la ropa, se tumban al sol, o juegan con la pelotita al lado del mar, o se bañan, para luego tumbarse al sol, o jugar con la pelotita en la orillita donde la arena, húmeda, refresca las plantas de los pies, sin tomar ninguna medida protectora contra el sol, y con una piel bastante blanca en esta época del año. A estas alturas del partido extraña que aún haya gente que desconozca los peligros que entraña tomar el sol sin antes esparcir sobre la piel una buena crema protectora.

Pedro Prieto