En esta fotografía se puede apreciar el detalle de la costura del cuello del vestido.

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Miquel Adrover ha vuelto con fuerza a la Quinta Avenida. Vuelve a estar en la primera línea de la moda norteamericana, los principales medios de comunicación le requieren para ilustrar sus páginas, incluso Architectural Digest, sin duda la revista de arquitectura más importante del mundo, le acaba de realizar un reportaje en exclusiva en su estudio de Nueva York. Y en esta ocasión no interesaban sus diseños, sino la decoración de su lugar de trabajo. Este fin de semana viaja a Barcelona para entrevistarse con Carmen Maura, conductora de un nuevo espacio a emitir próximamente en TVE sobre vida de 10 españoles internacionles.

Más proyectos: Está ultimando la colección de zapatos que ha relizado para Lotusse y que veremos en septiembre; su colección de joyas ya se puede adquirir en Manacor, París y Nueva York. Además, está cerrando la presentación de su última colección en Japón, y el Metropolitan Museum of Art de Nueva York le ha pedido la cesión de 12 de sus piezas para sus arcas, entre ellas un diseño realizado sobre un dibujo del pintor Pere Bennassar. También la familia real saudí le ha hecho unos encargos. Pero ayer hablamos con él de la Boda y de Letizia Ortiz.

-¿Vio la boda?
-No la pude ver en directo, aunque ya por la tarde vi la repetición de las mejores jugadas. Para mí, a parte de otras consideraciones, en España se le está dando demasiada importancia a la moda, o mejor dicho, a cómo va vestida la gente. En este país parece más importante la ropa que quien la lleva y cómo es su forma de ser.

(Lleva la revista «Hola» bajo el brazo).
-¿Se compra estas revistas desde el punto de vista profesional?

-Es la primera vez que me compro el «Hola» y lo he hecho para confirmar unas sospechas que tenía. El vestido de novia de Letizia Ortiz tiene fallos.

-¿Cómo?
-Un vestido de alta costura no puede tener los fallos que tiene éste.

-¿Cómo?
-Pues fíjese en el cuello del vestido (muestra la foto de portada de «Hola»). Es un cuello superpuesto al vestido. No es de alta costura. La costura del cuello está por encima del bordado, se nota mucho. Está claro que el cuello se hizo después, cuando el vestido ya estaba hecho y acabado. Es una solución de emergencia.

-Explíquese mejor, por favor.
-Mire. El vestido original no llevaba ese cuello, debía de ser todo de una pieza, pero a alguien el escote no le debió de gustar y hubo que solucionarlo de alguna manera. El cuello se puso después y el corte está por encima del bordado. En esta fotografía se nota perfectamente que debajo del cuello hay bordado, ya que si no fuera superpuesto, la costura no estaría por encima del bordado, que aparece como cortado. Se ve que es un cuello falso al vestido que ya tenía bordado el cuello original. Cómo profesional, no lo puedo pasar por alto, es un fallo técnico muy importante en un vestido de alta costura. Y me extraña mucho viniendo de un maestro como Pertegaz.

-¿Y a que cree que se debió?
-Supongo que a la falta de tiempo. A alguien no le gustó y se tuvo que solucionar rápidamente.

-Caramba.
-Pero el vestido hizo la función que tenía que hacer y Letizia estaba muy guapa.

-¿Y qué es lo que le gustó?
-No es que hubiera algo que no me gustara, estaba hablando desde el punto de vista profesional y técnico. Pero lo que sí que me gusto mucho fue la mantilla que llevaba, bordada a mano, era impresionante.

-¿Y qué invitado iba más elegante?
-Me gustó mucho el vestido de la infanta Elena, y sobre todo, su peineta. No entiendo por qué está de moda la pamela, es algo muy inglés y aquí en España no pega. Tendrían que llevar más la peineta.

-Tengo entendido que usted conoce a Letizia Ortiz.
-Vino a Nueva York a hacerme una entrevista para TVE. Me sorprendió mucho verla meses después de la mano del Príncipe, me acordé enseguida de ella.

-Debía Letizia Ortiz rendirse a las directrices de un experto como Pertegaz, o debía ser éste el que claudicara a los gustos de la futura princesa.
<-El cliente manda y hay que complacerle. Aunque este caso es un tanto complejo, ya que no sólo a Letizia había que complacer, sino que el vestido debía ser un compendio del gusto de la Familia Real, de la Casa Real, de los españoles y de Letizia. Un poco complicado, ¿no cree?

David J. Nadal