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El conseller de Turisme, Joan Flaquer, se mostraba ayer satisfecho por la actitud mostrada por el secretario de Estado de Turismo y Comercio, Pedro Mejía Gómez, y del secretario general de Turismo, Raimon Martínez Fraile, por la respuesta mostrada por los representantes del Ministerio de Economía ante las propuestas del Govern que les presentaron ayer en Madrid. «Lo más importante es que uno de los proyectos estrellas en materia de ordenación turística, como es el plan de remodelación y reconversión integral de la Platja de Palma, continúa adelante, porque ayer los representantes de la Secretaría de Estado de Turismo se comprometieron a mantener el convenio firmado entre el anterior Ejecutivo y el Govern. El presupuesto para este año ha recibido el visto bueno por parte de la Administración central y el único trámite que queda solventar es la firma del consorcio que posibilitará poner en marcha el plan y convocar un concurso a nivel internacional para su elaboración y ejecución», puntualizó Flaquer.

Para la Conselleria de Turisme, «la plasmación de este proyecto pionero a nivel nacional tiene un valor añadido importantísimo para Mallorca. Además, el propio José Luis Rodríguez Zapatero, en el debate de su investidura, apostó por este tipo de actuaciones». En materia de promoción, tanto Mejía como el secretario general de Turismo indicaron al conseller que iban también a mantener sus compromisos respecto a los congresos de la DRV y de CAAVE en Palma, así como los convenios firmados con los touroperadores TUI y Thomas Cook. Respecto a la estacionalidad, se van a estudiar actuaciones promocionales concretas en las Islas, especialmente en Menorca y Eivissa.

La Administración también se ha comprometido a responder en el plazo de «unas semanas» a la petición del Govern de albergar un Parador de Turismo en Eivissa. Respecto a la postura de la Secretaría de Estado sobre el proyecto de la Platja de Palma, la patronal hotelera de esta zona expresó ayer su satisfacción, ya que esta iniciativa seguirá adelante y no quedará en un segundo plano, como temían los hoteleros.