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El Parlament balear derogará hoy el impuesto turístico, la ecotasa, medida estrella del anterior Govern dePacte de Progrés y motivo de ruptura entre los partidos de izquierda y el sector empresarial y turístico del archipiélago. Sus detractores se manifiestan a favor del fondo y rechazan la forma. Sus partidarios sostienen que fue una medida profunda en favor de una cambio de modelo que fracasó por la oposición del sector, de personajes reaccionarios y por malas estrategias de comunicación.

Los empresarios han utilizado siempre los mismos argumentos para oponerse al impuesto turístico. Afirman que estuvo mal planteada desde el principio al gravar sólo al sector de alojamiento reglado y dejar de lado al residencial. Sostienen que el impuesto ha supuesto un castigo a la demanda e inciden en que su aplicación ha generado una reducción de clientes que no han cuantificado.

En contraposición, partidos dePacte de Progrés, sindicatos y asociaciones ecologistas defienden que el impuesto turístico supuso la primera medida profunda, desde el desarrollo del turismo de masas, en favor de colaboración y contribución de esta actividad en la protección del medio ambiente, del patrimonio histórico y cultural del archipiélago, especialmente tras el enriquecimiento y los impactos que esta actividad ha generado.