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Han sido cien días de infarto. En este corto periodo de tiempo, el Govern de Matas ha conseguido renegociar el convenio de carreteras, ha arrancado el compromiso de Madrid de declarar el servicio público para los vuelos interislas y ha renegociado el plan energético para que Madrid autorice la instalación de un gasoducto y un cable eléctrico. Además, el gabinete de Matas ha impulsado el bilinguismo en la administración, ha suspendido la ecotasa y ha modificado las Directrices de Ordenación del Territorio para permitir la construcción de un campo de polo en Campos. Como no podía ser de otra manera, el nuevo Govern ha retomado el diálogo con los hoteleros.

Pero durante estos primeros 100 días, el Ejecutivo de Matas también ha tenido que afrontar los primeros problemas. El conseller d'Agricultura, Tomás Cortés, ya ha sufrido el primer conflicto serio con los agricultores, con invasión de la Conselleria d'Agricultura incluida. Al final, la paz ha vuelto al sector agrícola, aunque se produjo tras la intervención de la «número dos» del Govern, Rosa Estarás. Durante los últimos días, el Ejecutivo tiene otro asunto caliente pendiente de resolución. La titular d'Obres Públiques, Mabel Cabrer, deberá decidir ahora qué futuro le espera al campo de polo de Campos tras saber que el anterior Govern pagó una indemnización a la promotora.

Pero si en algo se han caracterizado estos primeros 100 días de Govern ha sido en la facilidad con la que Matas ha logrado apoyos en Madrid. Antes, el diálogo entre el Gobierno de Aznar y el gabinete de Antich era nulo. Ahora las relaciones con permanentes. En eso Matas gana la partida a cualquiera. Y ese ha sido el principal triunfo del president en su segunda etapa al frente del Govern. Matas llamó a Cascos pocos días después de formar gobierno y el ministro de Fomento se comprometió a renegociar el convenio de carreteras para que Balears no perdiese los más de 330 millones de euros en inversiones que no ejecutó el anterior gabinete.