TW
0

El verano sigue vivo, sobre todo ahora que estamos metidos de lleno en la Copa del Rey de Vela. Sí. Se puede decir que están prácticamente todos, excepto los Duques de Palma y sus hijos que llegarán a la Isla a mediados de agosto, según se cuenta en el pantalán. Es evidente que la Copa del Rey ha crecido hasta el punto de que el parking, incluso el que abrieron nuevo hace un año, se ha quedado pequeño, lo que obliga a tener que buscarse la vida en otro lugar más lejano, o bien jugársela y aparcar donde no se debe exponiéndose con ello a una multa, como las muchas que cayeron ayer. Un multado me decía que «no hay derecho». Sí, claro. Y se lo digo yo, que tengo que aparcar ahí cada dia, durante esta semana, con lo cual, y como todos, sufro ese problema. Pero es que si ahí se hiciera la vista gorda y no se multara a los mal aparcados (la mayoría por el factor prisa), gentes que tienen problemas de aparcarcamiento en otras zonas de Palma pondrían el grito en el cielo ante el agravio comparativo.

¿Y qué más? Bueno, pues que el jueves veremos dos buenos reportajes hechos en Mallorca. Uno, de los herederos de la corona sueca bañándose con Kiril y Rosario Nadal, y sus hijos, en la colonia de Sant Jordi, y otro el del aniversario de boda del diestro más famoso de la telecorazón Jesulín y la Campanario, un robado hecho el pasado sábado en la terraza del hotel Palas Atenea de Palma mientras el matrimonio tomaba el sol tumbado en la hamaca ajenos a las cámaras que pululaban a su alrededor. A este creo que lo publica Hola. También se publicará eroto que se les hizo a Terelu Campos y José Manuel Estrada la semana pasada en la Platja de Muro, del que ya dimos cuenta el martes pasado en Ultima Hora.

Lo que creo que se tendría que hacer ante -ya digo- el volumen que en todos los sentidos está alcanzando dicho evento, es negociar la ampliación del parking con la Junta del Puerto. Mientras, si no encuentra parking ahí, búsquelo en otro lugar, si no, seguro que le cae una multa. Aviso. Este es el segundo verano en que Mario Conde está privado de libertad. Me acordé de ello la otra tarde cuando vi a su mujer, Lourdes Arroyo, entrando en la plaza de toros de Inca, y me pregunté que qué debe de pensar de la Ley, tan contundente e implacable para su marido y tan frágil para, por ejemplo, los Albertos, que siguen en libertad. Me gustaría hablar con ella para que me diera su punto de vista al respecto, porque creo que sus palabras no tendrían desperdicio alguno. Por cierto, ¿Sabían ustedes que la hija de Mario Conde, que es abogado, no se casará hasta que su padre recobre la libertad? Todo porque a este no le conceden permiso para asistir a la boda. A otros, por menos, se lo han concedido, y a algunos todavía los andan buscando.

Pedro Prieto