Matas regresó al Consolat.

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Jaume Matas afirmó ayer con rotundidad que su toma de posesión podía considerarse «un momento histórico» y anunció su firme compromiso de «erradicar la peor de las lacras que puede asolar una sociedad, el paro». Matas tomó posesión del cargo en un acto que contó con la presencia de tres de sus antiguos compañeros de Gobierno -Mariano Rajoy, Eduardo Zaplana y Ana Pastor- y volvió al edificio que abandonó hace cuatro años, precisamente cuando se produjo la llegada de Antich a la Presidència del Govern. Al igual que hace cuatro años, la toma de posesión volvió a ser multitudinaria, pero los protagonistas no eran los mismos.

Al iniciar su intervención, segundos después de prometer el cargo, Matas reconoció que vivía el momento de su toma de posesión «con emoción». «Mis primeras palabras han de ser de agradecimiento: agradecimiento al electorado, agradecimiento a estos ministros de España que honran y dan solemnidad al acto y agradecimiento a todos ustedes, que están presentes en un acto que, sin hiperbole, no dudo en calificar de histórico», reconoció el nuevo president del Ejecutivo.

Para Matas, el Consolat de Mar no vivía ayer «una sencilla toma de posesión sino algo más». «En estas islas, y después del 25 de mayo, ha pasado alguna cosa más que la pacífica, democrática y civilizada alternancia en las instituciones», subrayó Matas. En opinión del nuevo president, lo que ha ocurrido en las últimas elecciones «es que se han enfrentado dos concepciones radicalmente diferentes de la política, la economía, de la ética, de la estética y de las libertades».