El turismo es uno de los primeros sectores en padecer la recesión económica.

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«Nuestro principal activo es el tejido industrial, que está intacto, pese a todo, y eso es lo más positivo de todo», dijo Miquel Lladó al realizar un análisis de lo que está deparando el actual ejercicio económico. «Cuando presentamos los datos del pasado año», explicó, «dijimos que habría un decrecimiento de la economía en torno a medio punto. Al analizar las previsiones para 2003, vimos que no iba a ser un año muy espectacular. Por ello, no haremos ningún tipo de previsión, aunque ya advertimos que no iba a ser mejor que el 2002. Y efectivamente, estamos viendo que las cosas están un poco ralentizadas, bastante paradas».

El conjunto de Cámaras de Comercio españolas ya habían sugerido un cambio en el patrón de crecimiento regional, y que las zonas con mayor presencia industrial o más orientadas al turismo, como Balears, «han experimentado una importante desaceleración». Además, la balanza por cuenta corriente de la Unión Europea registró un déficit de 4.400 millones de euros en el primer trimestre de 2003, según las primeras estimaciones publicadas por la Oficina Estadística comunitaria, Eurostat.

Lladó afirma que en el comercio la demanda no crece, y que tampoco la temporada de invierno ha ido bien. «Además», subraya, «el inicio del verano no está siendo boyante, a pesar de que hay previsiones que apuntan que julio, agosto y septiembre pueden ser meses buenos, pero ello no resuelve el problema acumulado de otros años».