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Palma acoge durante dos días, de la mano deClub Ultima Hora y la Fundación Areces, las Jornadas sobre Biodiversidad en el Mediterráneo y su Conservación. Un asunto de crucial importancia ante el que pocos ciudadanos de estas Islas permanecen indiferentes. No es de extrañar si pensamos que un enclave tan pequeño a escala mundial como es este Mare Nostrum hace acopio del 16 por ciento de la biodiversidad del planeta, sometida a una intensa presión humana.

Basta echar la vista atrás y contemplar cómo era Mallorca hace cuarenta o cincuenta años y ver en qué se ha convertido hoy gracias a la fiebre edificadora, constructora de carreteras, de infraestructuras turísticas y a la llegada masiva y constante de nuevos habitantes. No lo tienen fácil las especies vegetales y animales para adaptarse a estas circunstancias y sobrevivir. De ahí la importancia de tomar conciencia de ello y de organizar unas jornadas como éstas, que han contado con la presencia y el apoyo de los duques de Palma, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín, muy unidos a estas Islas, así como de la ministra de Educación, Pilar del Castillo, y del president del Govern, Francesc Antich.

Es una excelente manera de demostrar que la ecología es cosa de todos y desde el mayor de los esfuerzos al menor de los detalles puede tener su trascendencia a la hora de conservar un tesoro irrepetible que la Naturaleza nos ha dado. Balears acoge el 34 por ciento de toda la biodiversidad mediterránea y nuestra triste aportación se limita a contaminar humana, automovilística y paisajísticamente, aunque en los últimos años se detecta cierto interés en cambiar el rumbo de los acontecimientos.

No será fácil, pero el primer paso ya se ha dado. Con iniciativas como ésta, al menos la toma de conciencia es un hecho.