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La festividad de Santa Àgueda fue celebrada de forma muy especial por la Asociación de Àguedas Castellano-leonesas de Mallorca. Según la tradición, este día mandan las mujeres, por lo que, dejando sus quehaceres cotidianos organizaron una animada fiesta.

El grupo fue admirado por los transeúntes y numerosos turistas que por allí pasaban, que no cesaron de hacerles fotografías. Allí las Àguedas ofrecieron al público las típicas perrunillas de Salamanca y vino dulce, además de amenizar el baile de la jota a los sones de los dulzaineros Luis Miguel Sanz, Julio de Castro y Sabino Rodríguez.

Por la mañana se concentraron en la plaça Major. Un grupo acudió vistiendo sus coloristas trajes regionales, entre los que destacaron el de galana de Béjar que lució la presidenta, Natividad Conde; el de espigadora de la Armuña, de la Àgueda 2003, Trinidad Fuentes, y el de la Àgueda de tres meses que vistió traje típico de Zamora.

A los sones de los pasacalles El palillo y Compañero, enfilaron la calle colón para llegar hasta la plaza de Cort. En el salón de plenos del Ajuntament fueron recibidas por el teniente de alcalde de Turisme, Joan Bauzá, y las concejalas María José Frau y Maite Jiménez.

En ausencia de la Àgueda 2002, presentó el acto María Paz del Río, Àgueda 2001, ofreciéndole la vara de mando a Joan Bauzá. Poco le duró el mandato al único gallo del gallinero, ya que al momento tuvo que entregarla a la Àgueda 2003, Trinidad Fuentes, natural de Granada. Tras serle impuesta la banda, ésta agradeció la acogida dispensada en el Ajuntament por las autoridades, y al resto de sus compañeras, mostrándose muy orgullosa de haber sido elegida Àgueda 2003. La presidenta, Nati Conde tuvo un especial recuerdo para la concejala de cultura, Carme Feliu, que fue nombrada primera Àgueda hace cinco años.

Joan Bauzá tuvo una alocución muy simpática, repleta de chascarrillos, recordándoles que en casi todos los pueblos solía haber una Àgueda, pero que en realidad, por aquello del mando, Àguedas las hay por todo, incluso en el Ajuntament.

En el salón de plenos entonaron el cántico de Santa Àgueda, y luego fueron obsequiadas con ramos de flores y un vino español, en el que no faltó el brindis alusivo a la fiesta recitado por el dulzainero Luis Miguel Sanz.

La fiesta de las Àguedas tiene trienio, ya que el viernes celebrarán la misa en Son Oliva, y luego se reunirán en la sede de la Casa Regional de Castilla y León para mantear al pelele. El sábado tendrán cena de compañerismo en el restaurante Pequeño Mundo para «ellas solas».

Amalia Estabén