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Como uno de los primeros pasos «para paliar la histórica y considerable anemia de inversiones para la creación de equipamientos culturales», que según el conseller de Cultura, Damià Pons, «viene padeciendo la Comunitat Autònoma de les Illes Balears», ayer fue presentado el programa de itinerarios guiados por el casco antiguo de Palma que bajo el título genérico de «Un passeig per la història», está dirigido a residentes y turistas, para dar a conocer aquellos lugares representativos más significativos en la historia de la ciudad.

Los consellers de Turisme, Celestí Alomar, y de Cultura, Damià Pons, en el casal de Can Weiler, hicieron la presentación oficial del programa cultural, que incluye el incremento del patrimonio público, la compra de fincas y edificios, a cuenta de los fondos que generará la «ecotasa», que «sin dejar de priorizar las cuestiones medioambientales, permite los recursos necesarios (25 millones en la primera fase y 50 en la segunda) que habrá que rentabilizar una vez los bienes patrimoniales estén restaurados, dando dimensión cultural a la oferta turística», dijo Pons.

Alomar añadió que las Islas reúnen óptimas condiciones para la proyección de nuestra cultura en el mundo, «porque, por el número de turistas que nos visitan, lo podemos hacer desde aquí, sin necesidad de salir al exterior». Para esta campaña han considerado imprescindible la colaboración y el protagonismo de otras instituciones, como son la Asociación de Agencias de Viajes (AVIBA) y la Asociación Profesional de Intérpretes de Turismo (APIT), imprescindibles para que los turistas y los residentes «recorran el espacio físico y conozcan la memoria cultural», en grupos de seis personas como mínimo, veinticinco de máximo y seis euros de tarifa por persona.

En el itinerario de ayer, «La ciutat i la mar», Maria Vallespir Hoëffler fue la guía turística destinada al primer grupo, demostrando una gran preparación, conocimiento y dedicación para dar respuesta a cualquier pregunta que sobre el recorrido se le planteara, y que comenzó ante la fachada de la que fuera la casa natal del capità Toni Barceló, cuyos restos reposan en una capilla de Santa Creu.

El recorrido continuó por el Puig de Sant Pere y se desvió hacia Santa Creu para visitar la cripta, una auténtica maravilla de la que la guía se atrevió a aventurar, y seguro que acertó, que era desconocida para la mayoría de mallorquines.