En Balears hay un vehículo matriculado por habitante, uno de los niveles de motorización más altos del mundo.

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Las emisiones de dióxido de carbono en Balears en el año 2000 se situaban en un 41 por ciento por encima del umbral establecido en el protocolo de Kyoto. Ese mismo año, las emisiones de dióxido de carbono per cápita en las Islas se situaron en 10'18 toneladas por persona. El transporte aéreo y el tráfico rodado son los causantes de casi la mitad de la contaminación atmosférica generada en Balears, cuantificada en 8'5 millones de toneladas en el año 2000.

El movimiento de aviones y vehículos representa más de un 40 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono en las Islas, que aumentaron en total un 49 por ciento en el período 1989-2000. En el mismo intervalo, el consumo de combustibles fósiles (no renovables) para la producción de energía creció un 11'2 por ciento. El resto de focos contaminantes se distribuiría entre los usos domésticos y de servicios (otro 40 por ciento), por un lado, y la agricultura y la industria (el 20 por ciento restante), por el otro. Estos datos han sido aportados por el Centre d'Investigacions i Tecnologies Turístiques de les Illes Balears (CITTIB), dependiente de la Conselleria de Turisme, que trabaja en el desarrollo de numerosos indicadores ambientales del crecimiento económico.

La importante aportación del transporte a la contaminación se reparte prácticamente por igual entre tráfico aéreo y rodado. Respecto a este último, cabe destacar que el parque móvil de vehículos creció un 3'5 por ciento entre 1999 y 2000, llegando a las 700.000 unidades. No obstante, este último crecimiento fue menor que en años anteriores, con valores próximos al 6 por ciento. Aun así, y como ya es sabido, Balears presenta una media de 950 vehículos por cada mil habitantes.

La disponibilidad de viario interurbano es un indicador de la densidad de vehículos. Éste nos dice que si todos los vehículos del parque móvil de la Comunitat Autònoma circulasen a la vez a lo largo de las carreteras de Balears, éstos ocuparían un 35 por ciento de la red viaria de las Islas. El indicador de la disponibilidad de viario interurbano se dispara si nos ceñimos únicamente a Palma. Si todos los vehículos que pagan el impuesto de circulación en el municipio se pusieran a rodar, el 83 por ciento de las calles desde la vía de cintura hacia el interior del núcleo urbano de Palma quedaría colapsado.