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Bajo el título «Guatemala: situación después del conflicto bélico», el ex guerrillero guatemalteco Armando Maldonado Carrillo ofreció ayer una conferencia dentro del seminario «Globalitzem la justícia», organizado por el Sindicat de Treballadors de l'Ensenyança (STEI-i). Desde 1985 hasta 1996, Maldonado fue miembro de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y se alzó en la montaña para combatir.

Una experiencia de 12 años en la vida guerrillera, que le dejó una serie de recuerdos positivos como la unidad, la colectividad, la hermandad y la solidaridad. Pero desgraciadamente los efectos negativos también estuvieron presentes; «el sufrimiento, las enfermedades, el hambre, los bombardeos y las incesantes lluvias, me sirven como experiencia y para fomentar mi sabiduría», reconoció.

Armando Maldonado fue una pieza clave en el final del conflicto, ya que facilitó el acuerdo de paz entre 500 ex combatientes. Con la firma de los distintos acuerdos en 1996, respaldados por las dos partes enfrentadas (URNG y los gobiernos), se establece el cumplimiento de la incorporación de los ex combatientes en diferentes vertientes profesionales. En ese momento, «la fisonomía del país cambia y se convierte en una democracia con el respecto de los derechos humanos. El principio de identidad y de defensa de los derechos indígenas cobra cada vez más fuerza, frente a la censura que había existido durante la guerra», concretó.

Como profesor, Maldonado destacó la reforma educativa como uno de los logros más importantes del país hasta el momento. En esta reforma se trata de rescatar el sistema de lingüística maya, de fomentar la construcción de un mayor número escuelas y de implantar la interculturalidad. Una tarea que no es nada fácil, comentó el ex guerrillero, «porque el Gobierno actual ofrece escasos medios para favorecer la evolución de la educación, mientras que dota de grandes ingresos a la institución castrense y militar».