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F.OLIVA La Obra Cultural Balear (OCB) celebró ayer sus 40 años de existencia con una jornada lúdica que discurrió en el monasterio de Miramar, ubicado a dos kilómetros de Valldemossa, y que congregó a cerca de 2.000 personas. En el monasterio fundado por Ramon Llull tuvo lugar la primera parte de una fiesta conmemorativa que se prolongó durante todo el día de ayer y que reunió a las diversas generaciones de miembros y simpatizantes de la OCB.

Por la tarde se celebró el emotivo homenaje a los socios fundadores y a los socios más antiguos de la Obra Cultural Balear (OCB). En algunos casos, debido a su avanzada edad o a su fallecimiento, fueron sus familiares quienes recogieron los diplomas y los obsequios entregados. Éste fue el caso de Aina Moll, hija de Francesc de Borja Moll, que recibió una de las ovaciones más sentidas de la jornada. Moll rememoró parte de la labor hecha por la entidad durante 40 años y terminó su intervención citando a Miquel Martí i Pol: «Venim de lluny, anem més lluny encara». Entre el grupo de socios con treinta o más años de pertenencia se encuentra Pere A. Serra, presidente-editor del Grup Serra, que recibió también un diploma, recogido por su hijo Miquel Serra, director de «Diari de Balears».

El presidente de la OCB, Antoni Mir, rememoró la figura de Ramon Llull, de l'Arxiduc y de todos quienes han hecho posible la continuidad del catalán. Mir animó a las nuevas generaciones a sumarse al proyecto de la OCB. Al acabar el acto se cantó «La Balanguera».