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Sin utilizar una sola vez la palabra «elemental», una conversación con Juan de Santiago, director de la agencia de detectives Récord, sirve para darse cuenta de que leyendas como la de Sherlock Holmes o Colombo han derivado en una imagen del detective privado de gabardina y lupa en ristre que poco tiene que ver con la realidad de esta sacrificada profesión.

Para la práctica de esta actividad es necesario tener la diplomatura en criminología y sólo entonces se puede llegar a obtener la correspondiente licencia. De Santiago comenta sin embargo que «soy de los que creen que el detective no se hace, sino que nace. La licencia no basta, necesitas tener mucha psicología y también saber pasar desapercibido. Un buen profesional, por ejemplo, debe darse a cuenta a tiempo de que el investigado se huele algo, de que se percata que algo pasa. Entonces tienes que saber pasar de largo, esperar a que pase el tiempo para retomar la investigación o incluso cambiar de plan».

El ámbito de trabajo del investigador privado es muy amplio. Lesiones y bajas fingidas, sabotajes, hurtos, o infidelidades, son sólo algunos ejemplos. Entre sus principales clientes están las compañías aseguradoras, con lo que la investigación de posibles siniestros falsos o voluntarios y exageraciones de daños son comunes en esta profesión. Los procedimientos utilizados varían según el caso. Los seguimientos y esperas son muy comunes y conforme al dicho de que «una imagen vale más que mil palabras», las fotografías y cintas de vídeo son las pruebas en las que apoyan fundamentalmente su trabajo.

Para conseguir estas pruebas, resulta imprescindible la ayuda de los más sorprendentes cachivaches. Microcamámaras colocadas en los lugares más insospechados o maletines con eqipos de grabación de lo más completo son elementos utilizados muy frecuentemente por estos profesionales. El grado de fiabilidad debe ser máximo, por lo que hay ingenieros especializados en este tipo de aparatos que hacen muchos trabajos por encargo, lo que encarece enormemente el precio de estos instrumentos de película.