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Una variopinta flota de juguete compuesta por 250 barcos de todo tipo fabricados a lo largo del pasado siglo, ocupa durante esta semana y hasta el próximo sabado, once vitrinas en las tres plantas de Portopí Centro, transportando al visitante a otra dimensión en el tiempo. Cuando la hojalata cobraba forma y color para convertirse en el sueño de los niños de antaño, en un tiempo que la fantasía iba al compás de una llave de cuerda. Su artífice, Manuel Rives, director de la Escuela Náutica Palma, un apasionado de la historia naval y de su exponente más entrañable, los barcos de juguete, muestra lo que representa una ardua labor de búsqueda, restauración y conservación en pos de atesorar la mejor colección de este tipo a escala nacional.

Un conjunto sin igual constituido por piezas únicas de marcas ya legendarias, muy apreciados en el mercado internacional de subastas y anticuarios. A título de ejemplo, el conjunto de juguetes que forma esta particular muestra, (que ha suscitado el reconocimiento de profesionales como el director del Museo Naval de Madrid, José Ignacio González-Aller; la directora del Museo Marítimo de Barcelona, Elvira Nata i Enrich; el director del Museu Valencià del Joguet, José Pascual Sellés; el capitán marítimo de Balears, José Escalas; el anticuario Pepe Rubio o el presidente de la Asamblea de Capitanes de Yaste de Balears, Juan José Coll), ha sido valorado en torno a los ochenta millones de pesetas, indica Antonio Fita, gerente del centro comercial.

Un valor material ínfimo si se compara con la carga sentimental que posee como patrimonio humano superviviente de la oxidación o del naufragio en el pasado. Su simple contemplación nos recuerda otras épocas, en particular los años 20, con sus majestuosos trasatlánticos de línea regular o los poderosos acorazados orgullo de sus respectivos pabellones que exhiben por doquier. Buques emblemáticos reducidos a la miniatura caricaturesca, cuya presencia se alterna con yates, canoas y lanchas de la Belle Epoque junto a unidades navales menores como submarinos, cañoneros y torpederos, listos para surcar las aguas de una bañera o de un estanque.