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Los sacerdotes y religiosos mallorquines que atienden la parroquia de San Juan María Vianney, en el popular barrio limeño de Santa Magdalena, dejarán su labor en Perú después de que el cardenal de Lima, Juan Luis Cipriani y el obispo de Mallorca, Teodor Úbeda, llegaran a un acuerdo por el cual la parroquia pasará a ser regentada por religiosos nativos del Perú. Así lo ha confirmado el vicario general Andreu Genovart tras regresar de un viaje a Lima, en el cual ha informado a la docena de sacerdotes y religiosos mallorquines que trabajan en Perú de que está previsto que el 15 de septiembre abandonen su labor en la parroquia de San Juan María Vianney.

Andreu Genovart ha explicado que «la presencia misionera de los mallorquines en Perú se inició hace unos 47 años. Durante estos años han sido muchos los sacerdotes y religiosos mallorquines que han sido acogidos en San Juan María de Vianney; de hecho la parroquia ha sido para nosotros una posada, un auténtico punto de acogida».

Genovart asegura que «el año 2000 el cardenal de Lima y el obispo de Mallorca mantuvieron una reunión en la que se acordó que, como muy tarde, a principios de 2003 los sacerdotes de Perú se harían cargo de la parroquia» y añade que «fue un acuerdo que no trascendió porque como es habitual en estos casos primero se informa a los que están directamente afectados por los cambios», dijo Genovart.

«En mi entrevista con los sacerdotes y religiosos mallorquines les he explicado las tres razones básicas que ha tenido el obispo Úbeda para tomar la decisión de abandonar la parroquia», comenta el vicario general y añade que «la primera razón es evangélica; la Mallorca misionera ha estado presente en Lima para atender la parroquia y acrecentar las vocaciones y de hecho lo ha conseguido ya que actualmente cuentan con suficientes sacerdotes nativos para atender la parroquia. Ha sido una labor de más de cuarenta años realizada, siempre y en todo momento, de forma gratuita para el pueblo peruano».

«El obispo sostiene que la segunda razón es eclesiástica y social, es decir, hemos servido y hemos hecho crecer una iglesia que no es la nuestra y al mismo tiempo nosotros nos encontramos faltos de vocaciones, por lo que es lógico que si en Perú tienen sacerdotes nativos, los de Mallorca vuelvan a la Isla para servir a nuestros feligreses», explica el vicario general. Y la tercera razón es «por coherencia con el espíritu de la Mallorca misionera, y lo mismo nos ha pasado en algunas zonas del Burundi y no ha pasado nada. Hemos dejado la parroquia de Nyabigere y ahora nuestros sacerdotes y religiosos sirven a la parroquia de Rabyro con igual dedicación y vocación».

«Mi viaje a Lima ha sido para informar a los sacerdotes y, al mismo tiempo, para apoyarles en su labor y escuchar su opinión», apostilla Genovart y confirma que «el rector de la parroquia de San Juan Vianney, el mallorquín Gabriel Febrer, volverá a Mallorca a ejercer la enseñanza y el vicario, Josep Cerdà, será el nuevo rector de la parroquia de Llubí. El resto de los sacerdotes también serán reubicados en las distintas parroquias de la Isla», concluye.