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La renta agraria por ocupado en Balears creció el pasado año cuatro veces más que la media nacional. Así se desprende del informe sobre macromagnitudes agrarias del 2001, elaborado por Antoni Miquel Lucas, y que ayer fue presentado por el conseller d'Agricultura, Mateu Morro. Según dicho estudio, la renta agraria neta por ocupado se situó en los 5'2 millones por pesetas (31.252 euros), lo que supone que este indicador aumentó en un 12'72 por ciento en relación a la renta agraria por ocupado del año anterior. A nivel nacional, la renta aumentó un 3'97 por ciento. «Las macromagnitudes nos indican, además, que la renta agraria por ocupado en Balears superó la media nacional estatal de renta agraria por ocupado en casi dos millones de pesetas», sostiene el estudio realizado por Antoni Miquel Lucas.

Además, la producción agropecuaria de Balears alcanzó en 2001 un valor de 308'65 millones de euros, un 2'27 por ciento más que en el 2000, a pesar de la sequía, de la «lengua azul» y las «vacas locas». Durante la presentación del informe, Mateu Morro destacó «la evolución general positiva» del sector primario en relación al 2000. En este sentido, el titular de la Conselleria d'Agricultura subrayó que el sector hortofrutícola ocupa el 13 por ciento de la superficie cultivada y genera el 75 por ciento del valor total del sector primario. Mientras tanto, la producción de patatas, con el 1'8 por ciento de la superficie, produjo el 9 por ciento de la producción agraria total. Los cultivos vitivinícolas ocupan el 0'7% del espacio cultivado y generaran el 6'5% de la producción.

El informe presentado por Morro pone de relieve que los sectores más productivos coinciden, con carácter general, con los más rentables desde el punto de vista económico. Asimismo, los datos indican, en este sentido, que tan sólo el 13 por ciento de la superficie cultivada tuvo una producción valorada en torno a los 30.000 millones de pesetas (180 millones de euros). «Destaca la evolución negativa experimentada por otros cultivos afectadas de manera muy sensible por la sequía de los años 1999 y 2000. Así, figura la escasa rentabilidad del sector forrajero y la reducción experimentada por la producción de almendras», señala el estudio realizado por Antoni Miquel Lucas. En cuanto a los precios que cobraron los agricultores y ganaderos por sus producciones registraron un incremento generalizado (del 30 por ciento en las patatas y del 40 por ciento en las naranjas), excepto en el caso de la carne de bovino y de la leche de cabra y oveja.

El sector ganadero se vio afectado por la enfermedad de la «lengua azul», que afectó a las explotaciones ovinas, y por las «vacas locas». El sector ganadero pasó a representar el 22'4 por ciento del conjunto de la producción agropecuaria cuando en el 2000 representó el 25'4 por ciento del total. La producción ganadera total fue en 2001 de 11.533 millones de pesetas (69'31 millones de euros) y se compone mayoritariamente de la producción cárnica, seguida de la producción láctea y, a más distancia, por la producción de huevos. Los datos indican una pérdida del peso del sector ganadero en la producción final agraria ya que ha pasado de representar el 25'4 por ciento en el 2000 al 22'46 por ciento en el 2001.