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Ayer por la tarde en el aeropuerto de Palma numerosas familias mallorquinas recibieron con los brazos abiertos a unos turistas muy especiales. Treinta niños rusos de entre 5 y 10 años provenientes de las regiones de Mursmark y Volgogrado, llegaron a la Isla a través de la ONG Infants del Món, para disfrutar de lo que para ellos va a resultar un mes inolvidable.

A su llegada, con una tímida sonrisa en la cara y la inestimable ayuda del traductor que les acompañaba, uno a uno fueron conociendo a sus respectivas familias de acogida. Llegaron en dos grupos, primero los de Mursmark, que aterrizaron a las siete de la tarde. Posteriormente, y ya bien entrada la noche harían acto de presencia los procedentes de Volgogrado. Era curioso ver que las familias, ante la llegada del que por un mes va a convertirse en un miembro más, mostraban un grado de excitación y nerviosismo casi mayor que el de los propios niños.

Los jóvenes visitantes viven en orfanatos. Las bajas temperaturas de la región (hasta 60 grados bajo cero) y sobre todo su alto nivel de contaminación radiactiva (con los consecuentes problemas para la salud), determinan que desafortunadamente sus condiciones de vida no sean las óptimas.

Los pequeños, además de ser sometidos a reconocimientos médicos, podrán nutrirse con alimentos como frutas y verduras de los que raramente pueden disponer en sus ciudades de origen a causa de la radiactividad. Por otro lado, la asociación ha programado diversas actividades. Visitas a lugares como El Dorado o Marineland seguro harán las delicias de los niños. Antes de su marcha, se organizará una fiesta de despedida. En ella se recaudarán fondos para sufragar junto con las aportaciones de los socios de la ONG los costes del viaje.