La última mesa de negociación del convenio entre sindicatos y patronal se celebró ayer. Foto: S.AMENGUAL.

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La última reunión de la mesa de negociación del XI convenio colectivo de hostelería acabó en ruptura. Patronal y sindicatos concluyeron ayer la reunión sin acuerdo y con el anuncio, por parte de la plataforma sindical "UGT y CC OO" de un calendario de ocho días de huelga en el sector para los días 26 y 27 de julio; 5'6'7'16'17'18 de agosto.

Los dirigentes de la patronal hotelera aseguran que están dispuestos a asumir aumentos de sueldos equivalentes al IPC real, pero apuntaron que la situación de crisis del sector hace inviable la mejora salarial que reclaman los representantes de los trabajadores.

Ignasi Esteve, vicepresidente de la Federación Hotelera de Balears, lamentó la falta de entendimiento con los sindicatos y afirmó que su petición de incremento salarial es «del todo inviable» y apuntó que «estamos en una época de crisis».

El vicepresidente de la Federació Hotelera subrayó que los meses de mayo y junio «han sido malos» en cuanto a ocupación hotelera y que hay establecimientos que no alcanzan el 40 por ciento de ocupación a pesar de descuentos de hasta el 20 por ciento sobre los precios iniciales.

El dirigente empresarial recalcó que la patronal ha intentado evitar la convocatoria de huelga porque el mero anuncio ya resulta negativo para el turismo en Balears y reclamó a CC OO y UGT que rebajen sus pretensiones en consonancia con el acuerdo confederal suscrito por ambos sindicatos, que prevé incrementos salariales en torno al 2 por ciento.

Horas antes del anuncio de huelga el president Francesc Antich pidió a empresarios y sindicatos «todos los esfuerzos posibles» para evitar una huelga en el sector de la hostelería y «sensibilidad» para alcanzar un acuerdo que evite esta protesta. El president Antich expresó su «preocupación, como no podía se de otra manera», ante la posible convocatoria de huelga "confirmada horas más tarde por UGT y CC OO" y recordó que «estamos en plena temporada alta por lo que la huelga puede suponer más crispación», apuntó Antich.