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Balears ya tiene en Berlín, en el corazón del país que más turistas genera hacia nuestras islas, una oficina que viene a ser como una embajada que defenderá y promoverá los intereses baleares en Alemania. Es una excelente idea que servirá para canalizar las informaciones producidas aquí, que hasta ahora los medios de comunicación germanos utilizaban a su antojo para mejorar o empeorar la imagen de nuestro archipiélago en Alemania. Pero la oficina puede convertirse en algo más. Puede ser el nexo de unión de dos pueblos y dos culturas que se conocen poco y se miran, muchas veces, con recelo. Los alemanes han escogido nuestras islas como destino vacacional de forma mayoritaria desde hace décadas y muchos de ellos "los que pueden permitírselo" las anhelan también como lugar de veraneo, como segunda residencia o incluso para terminar aquí sus días en la vejez.

Eso es importante y por ello es necesario que desde aquí sepamos aceptar a ese enorme colectivo de extranjeros que, en un momento dado, son también vecinos nuestros con los que tenemos que convivir; a la vez que desde allí deben saber comprender mejor nuestra forma de ser, de sentir y de vivir.

Quizá la oficina del Govern empiece siendo una simple oficina de información y turismo pero, con tiempo y esfuerzo, puede llegar a convertirse en una auténtica embajada que ayude a los alemanes a conocernos y a querernos mucho más allá de la imagen de país de sol, playa y cerveza que muchos germanos tienen de nosotros. Y, de paso, clarificar el controvertido asunto de la ecotasa, que es ya una prioridad para esa oficina, pues el teutón es un pueblo ecologista y muy concienciado con los problemas medioambientales, que con la adecuada información, sabrá aceptar el impuesto.