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Era su día. La calle y los transeúntes se convirtieron en sus oyentes improvisados durante una jornada entera, desde las 11.00 horas hasta más allá de las 22.00 horas. La música se convirtió en la protagonista absoluta para celebrar su día, la Festa de la Música, que cada 21 de junio acerca a los europeos los sonidos. En Palma la celebración cumplió dos años con una promesa: más grupos y más músicos, más estilos y más plazas, más actividades y más variedad.

Once de la mañana, estación de los Serveis Ferroviaris de Mallorca. Víctor Uris y Damià Tomás se suben a un tren que les llevará a Inca. Uris saca su armónica y Tomás su guitarra. Los espectadores, atónitos, contemplan cómo se desarrolla la escena. Al final, aplausos para terminar de despertarse. «La música es preciosa, sirve para olvidarse de guerras o peleas». Maria Roig observa al grupo Georgie Insull Singers en el Casal Balaguer. Ha entrado al escuchar música. «Ha coincidido que pasábamos por aquí y hemos decidido pararnos», asegura su hija, Pilar Costa. Las quince voces femeninas desgranaban, mientras, sus canciones, que van desde Bach hasta Simon & Garfunkel.

«Voy a enseñar diversos instrumentos al público para que la gente disfrute de la variedad». El músico Vangel preparaba, instantes antes del inicio del recital, su programa. Un sol de justicia caía sobre la Plaça Major de Palma, lo que había obligado a cambiar el escenario de lugar, buscando las sombras. «La idea de celebrar una jornada como ésta permite que muchos podamos sentirnos útiles, que se nos conozca un poco más», comentaba Vangel. «A veces, llegar a la sociedad es difícil». Cuando empezó su actuación, el público empezó a acercarse. Sonaron piezas de Ravel y música latina, entre otras obras, mientras los espectadores aplaudían y se agolpaban ante el escenario. «No sabíamos qué se celebraba, pasábamos por aquí, hemos visto el cartel y hemos decidido esperar para ver el concierto», comentaba Toni Florit. «He conocido instrumentos que desconocía», aseguraba su hija, Catalina Florit. Sólo pusieron un inconveniente: el día que se realizó. «Si fuera una jornada festiva habría más gente».

Unos 300 músicos y 37 grupos. La segunda edición de la Festa de la Música contó con 25 formaciones más que la primera, con más plazas y con un horario más extenso. «Buscamos que la fiesta se consolide, que la gente la vea como algo normal», decía Carme Feliu, concejala de Cultura del Ajuntament de Palma.