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A las 17.30 horas de ayer hizo explosión una bomba en la cafetería exterior del Hotel Melià Palas Atenea, donde en esos momentos se encontraban cerca de cien personas. La detonación dejó un primer balance de dos fallecidos, tres heridos irrecuperables, 30 críticos, 40 heridos graves y 25 leves.

Todo formaba parte de la simulación de un atentado terrorista para poner a prueba el entrenamiento de la tercera promoción del Curso de Especialista Universitario en Emergencias y Asistencia Sanitaria en Catástrofes de la UIB y la coordinación de los sistemas de emergencia.

En cuestión de minutos unos 30 agentes de Policía Nacional, 17 bomberos con 7 vehículos, efectivos del servicio de emergencias 112, además de los 54 alumnos del curso de la UIB -de ellos 16 médicos y 38 diplomados en Enfermería- pusieron en marcha el dispositivo de emergencia, que obligó a interrumpir parcialmente el tráfico en la zona del Passeig Marítim, para disgusto y sorpresa de muchos conductores no advertidos. Lo más urgente era la evacuación de todos los heridos y de los empleados y clientes del hotel. Los ocho minutos empleados en esta labor fueron considerados «todo un éxito» por el director del curso, Antoni Juan.

Unos cinco minutos después de la explosión simulada comenzaron a llegar las primeras ambulancias, a las que paulatinamente siguieron los vehículos de bomberos y cuerpos policiales. Los heridos fueron distribuidos en la calzada en función de su gravedad para su atención y traslado a los hospitales. Al no poderse cortar por completo el tráfico, para evitar mayores molestias, la llegada de las ambulancias fue algo menos fluida.

El tiempo de respuesta y la organización del área se consideró exitosa, ya que se realizó en el plazo de una hora, si bien finalmente «fallecieron» unas 24 personas, «algo con lo que se cuenta en medicina de catástrofes, porque los medios nunca son suficientes», explicó Juan.