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MÓNICA GONZÀLEZ / UH INCA La directora del Institut Balear de la Dona, Francisca Mas, reconoció su sorpresa por «el tratamiento mediático tan exagerado que desde el Gobierno central» se ha dado al caso de la menor marroquí a la que, en Madrid, no se le permitía acudir a clase con el «hiyab» o pañuelo islámico, «porque se trata de un caso puntual, de hecho en Balears no ha habido ningún problema similar, y porque es un debate ya superado en otros países europeos». Mas defendió que «el derecho a la educación es prioritario», por lo que «esta alumna o cualquier otra debe tener derecho a entrar en el colegio con el pañuelo, como entran alumnos con uno o varios 'piercing', sea el centro público o concertado, pues éstos se nutren de dinero público, siempre que lo haga libremente y no sirva para hacer proselitismo de ningún tipo».

«La escuela pública debe ser laica, pero a la vez se debe garantizar la libertad de las menores a ir con pañuelos, si es su voluntad, mientras no se atente contra su dignidad, no se minusvalore su condición de mujer, ni implique otro tipo de prácticas como la ablación o restricciones como el que la familia no le permita, por ejemplo, hacer gimnasia, en contra de su voluntad, pues los centros educativos no pueden aceptar esos supuestos y ante ellos las autoridades educativas sí deben intervenir para tratar de convencer a los padres», aclaró. El conseller d'Educació, Damià Pons, confirmó ayer que «en Balears no hemos tenido ningún problema con el empleo de el 'hiyab' por parte de alumnas».

En opinión de Pons, «el uso o no de esta prenda forma parte del ámbito de decisión particular de las alumnas en cuestión», y sobre los directores de los centros declaró que «estoy seguro de que tienen la habilidad suficiente para saber tratar con cuidado el tema». «Cuando sí se debe ser intransigente -añadiótanto los centros como la Conselleria es a la hora de obligar a que estas alumnas estén escolarizadas todo el tiempo que la legislación española determina, es decir hasta los 16 años».

Desde la patronal mayoritaria de los centros concertados se defendió que «cada centro tiene su proyecto educativo y sus normas, que debe tener cierto grado de validez, por lo que es cada colegio el que debe decidir cómo quiere que asistan los alumnos, si permite el pañuelo, los pendientes en la nariz o el bañador en verano, por ejemplo», dijo Miquel Batle, secretario general de Educació i Gestió. En los colegios e institutos de la comarca des Raiguer, la que concentra el mayor número de inmigrantes magrebíes, no se ha detectado ningún problema. Aunque no se han dado casos de alumnas que quieran asistir con el pañuelo, los directores afirman que en caso de que así fuera no se opondrían.