Hubo disfraces de todo tipo, cualquier motivo valía. Foto: PERE BOTA.

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D.J.N. La Llar dels Ancians celebró ayer martes su particular fiesta de Carnaval, donde nuestros mayores se disfrazaron y se lo pasaron en grande bailando. Tras una comida de Carnestoltes con arròs brut y greixonera de Carnaval, ensaïmada de tallades, llegó el momento de bailar disfrazado. Con el lema aprimar-se, no, gràcies, los residentes de la llar demostraron que la diversión no tiene edad y sin ningún tipo de vergüenza mostraron con arte y alegría sus disfraces y sus dotes para el baile.

Hubo de todo, payasos, máscaras, frutas, ensaïmades, sacos; cualquier motivo era bueno para enfundarse un disfraz. Y ahora, tras el Carnaval, le llega el turno a la Cuaresma hasta Pascua, después de una larga temporada de fiestas, desde Navidad, pasando por Reyes, Sant Antoni y Sant Sebastià.