El recorrido se detuvo en es Born, donde tuvo lugar un auto de fe.

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El pasado judío de Ciutat comienza a despertar de su letargo. ARCA ha sido la impulsora de un movimiento de recuperación, aún en pañales, que ayer celebró la Jornada Europea de la Cultura Jueva con la intención de que ciudadanos e instituciones tomen conciencia de un legado cultural que ahora se intenta sacar a la luz.

Serán necesarios trabajos de búsqueda, documentación, análisis e investigación, que ya se han iniciado, y los actos de ayer significaron, como explicó Juan Pascual, secretario de ARCA, una «pequeña muestra» de lo que no se debe hacer porque lleva al olvido. «Se trata de recuperar la memoria histórica que nos han secuestrado», dice Pascual.

Son pocos aún los testimonios materiales con los que se cuenta porque los símbolos y testimonios han ido desapareciendo, o no se han estudiado convenientemente. Pero un ejemplo de todo ello es la exposición que se inauguró ayer en el Museu de Mallorca, una muestra en la que, entre otras piezas, se pueden ver, por primera vez, los plomos de Santa María, unos objetos «extraños», apunta Pascual, que cuando fueron encontrados en dicha localidad mallorquina cumplían la función de losas sobre un sepulcro.

Dos capiteles también «raros», para los que los expertos no encontraban datación histórica, forman parte de la exposición. «No se perecen en nada a los cristianos o musulmanes», comenta Pascual. Hallados donde se encuentra el edificio del Banco de España, producto de la desamortización de un convento, Alcàntara Peña escribió del lugar que había una «capilla rara». Los expertos, dice Pascual, han llegado a la conclusión que son piezas judías. En ARCA confían en que, a partir de ahora, el pasado judío cuente a la hora de analizar piezas difíciles de clasificar, de que se contemple esta posibilidad por parte de los historiadores del arte.